Imagen - Vasija de Cacao - K6706 © Justin Kerr FAMSI © 2005:
Jeffrey P. Blomster
 

Análisis Diacrónicos y Sincrónicos de la Obtención de Obsidiana en la Mixteca Alta, Oaxaca

La Interacción Intra e Interegional: Datos Diacrónicos y Sincrónicos

A pesar de lo estimulantes que resultaron los datos obtenidos del proyecto de ensayo, el potencial interpretativo de esta pequeña muestra, sin materiales comparativos de otros lugares de la Mixteca Alta, siguió siendo limitado. Así, con la ayuda de FAMSI, se estudió una muestra mucho más amplia por medio del INAA tanto de la fase Cruz B como de Yucuita, en Etlatongo. Además de otras muestras de Etlatongo, colaboré en la obtención de muestras de sitios excavados por otros arqueólogos a lo largo y ancho del Estado de Oaxaca. La muestra que analizó el MURR ahora incluye 410 fragmentos de obsidiana; una muestra adicional (ET195; véase Apéndice 1) resultó ser pedernal y no obsidiana, y no será discutida aquí.

La Muestra Cruz B Más amplia de Etlatongo

Combinados con las 45 muestras iniciales, se estudiaron un total de 207 fragmentos de obsidiana de Cruz B por medio de INAA. En lugar de sesgar la muestra seleccionando sólo ciertos fragmentos de obsidiana de cada contexto, todos los fragmentos de obsidiana de distintos elementos y estratos arqueológicos fueron analizados, a fin de entender las diferentes elecciones de consumo en Etlatongo. Se han empleado los siguientes contextos:

  1. La mayoría de las muestras de obsidiana de Etlatongo (n = 128) se derivan de las ocupaciones más antiguas examinadas durante el proyecto de 1992. Una serie de elementos y superficies, que representan varias ocupaciones, se agrupan aquí bajo el término EA-2 (Área de Excavación 2), una unidad de 5 × 7 metros que dejó a la vista una serie de casas que, en base a sus elementos arquitectónicos y cerámicos, he interpretado como de clase alta.
  1. La Unidad 22, ubicada sobre el extremo oriental de la parte sur del sitio, dejó a la vista una superficie Cruz B con un pozo asociado en forma de campana (Elemento 3) – el más grande que se conoce en Etlatongo. La totalidad de los 37 fragmentos de obsidiana del Elemento 3 fueron analizados por medio de INAA. La cantidad de mercancías exóticas y parafernalia ritual también sugiere que los residentes eran de la clase alta.
  1. La Unidad 1, ubicada en el montículo más al sur de Etlatongo, dejó a la vista una serie de estratos que elevaron varias superficies en lo que yo he identificado como un posible espacio público de Etlatongo. Un total de 28 fragmentos de obsidiana vinieron de las modificaciones más tempranas de este lugar, y fueron analizadas con INAA.
  1. Las Unidades 15 y 16 dejaron a la vista una serie de ocupaciones Cruz B. Las de la Unidad 15 parecen ser de un status promedio, en tanto que las puestas al descubierto en la Unidad 16 se categorizan más apropiadamente como de clase alta. Los pocos fragmentos de obsidiana que vinieron de estos depósitos contemporáneos fueron analizados por medio de INAA: 8 fueron de la Unidad 15, 6 fueron de la Unidad 16.

El INAA de la muestra de Cruz B proporciona un discernimiento adicional sobre el consumo y la economía de Etlatongo, al tiempo que agrega dos fuentes de obsidiana que no habían sido identificadas previamente en Etlagongo: Cruz Negra, Michoacán, y Tulancingo, Hidalgo. Los datos han sido resumidos en el Cuadro 1 que mostramos más abajo, en tanto que los datos composicionales aparecen detallados en el Apéndice 1.

Cuadro 1.  Fuentes de Obsidiana Cruz B Usadas en Etlatongo
  Contextos de Etlatongo
(para mayores detalles sobre los contextos, véase el texto)
Fuente de la Obsidiana EA-2
n = 128
Unidad 22,
Elemento 3
n = 37
Unidad 1
n = 28
Unidad 15
n = 8
Unidad 16
n = 6
Total
n = 207
Paredón, Puebla 65% 73% 57% 75% 33% 65% (n = 135)
Otumba, México 24% 11% 7% 0% 17% 18%  (n =  38)
Guadalupe Victoria, Puebla 8% 8% 0% 25% 17%  8%  (n =  16)
Ucareo, Michoacán 2% 0% 25% 0% 33%  5%  (n =  11)
Pico de Orizaba, Veracruz 0% 5% 0% 0% 0%  1%  (n =   2)
El Chayal, Guatemala 0% 0% 7% 0% 0%  1%  (n =   2)
Tulancingo, Hidalgo 0% 3% 0% 0% 0% 0.5% (n =  1)
Ixtepeque, Guatemala 0% 0% 4% 0% 0% 0.5% (n =  1)
Cruz Negra, Michoacán 1% 0% 0% 0% 0% 0.5% (n =  1)

Los resultados del INAA para la muestra Cruz B son bastante provocativos. Hay otras fuentes de obsidiana presentes en Etlatongo que no han sido documentadas en sitios contemporáneos del Valle de Oaxaca, aunque dichos datos fueron reunidos hace casi 30 años y podrían no ser del todo comparables (Flannery 1976; Pires-Ferreira 1975). Queda claro que los antiguos pobladores de Etlatongo participaron de una variedad de redes de intercambio. Mientras que gran parte de las unidades domésticas dependían de la obsidiana de Paredón, que constituye el 65% del total de la muestra Cruz B, cada unidad doméstica de la clase alta tenía acceso al menos a una fuente a la que los demás no podían acceder. Vale la pena destacar que la unidad doméstica promedio muestreada, la Unidad 15, tenía acceso a sólo dos fuentes – Paredón y Guadalupe Victoria. Incluso la unidad doméstica representada por la Unidad 16, con menos fragmentos de obsidiana recuperados que la Unidad 15, había utilizado cuatro fuentes. Las otras cuatro unidades domésticas de clase alta tenían cada uno cinco fuentes. Mientras que la muestra de la Unidad 22, Elemento 3, contuvo las únicas muestras de las fuentes de Pico de Orizaba y Tulancingo, las unidades domésticas representadas por EA-2 accedieron a fuentes del Occidente de México. Además de Ucareo, Michoacán, el único ejemplo arqueológico en el MURR hasta la fecha de un fragmento de obsidiana de Cruz Negra, Michoacán, provino de EA-2 (Glascock 2004, comunicación personal). Hay fuentes adicionales representadas en los estratos asociados con una posible estructura pública en la Unidad 1, donde los únicos fragmentos de fuentes guatemaltecas – El Chayal e Ixtepeque – están presentes. En estos depósitos de la Unidad 1 no hay fragmentos provenientes de Guadalupe Victoria. De este modo, los resultados muestran redes de acceso individual a fuentes exóticas más allá de aquellas utilizadas habitualmente por casi todas las unidades domésticas (Paredón y Otumba), donde las elecciones reflejan negociaciones de acceso tanto dentro de Etlatongo como en las relaciones con otras comunidades del Formativo Temprano.

Fuentes Adicionales del Formativo Temprano de la Mixteca Alta y Regiones Adyacentes

Un problema con el estudio piloto original radica en la ausencia de contexto para los resultados de la Mixteca Alta. Me concentré en muestras del Valle de Nochixtlán como así también de regiones que pudieron haber jugado un papel crucial en las rutas de comercio. Se buscaron obsidianas de las ocupaciones Cruz A y Cruz B en el sitio de Yucuita en el Valle de Nochixtlán. Mientras que las muestras Cruz B fueron especialmente de desear, sólo pudieron hallarse tres. Por suerte, pudieron hallarse otras 42 muestras de ocupaciones Cruz A en Yucuita, para su análisis. A fin de entender el movimiento de la obsidiana hacia el Valle de Nochixtlán, se tomaron otras 21 muestras de Rancho Dolores Ortíz, un pueblo Cruz A ubicado unos 200 km al este de Yucuita, en la Cañada de Cuicatlán. Mientras que Yucuita se encuentra 25 km más próximo a una importante fuente de obsidiana del Formativo, que Rancho Dolores Ortíz, el sitio de la Cañada contenía tres veces su cantidad de obsidiana. Se ha jugado con la hipótesis de que Rancho Dolores Ortíz fue un nodo central en esta red de intercambio (Winter 1984). Incluída en esta muestra había otro fragmento de obsidiana del área mixe de Oaxaca; la muestra fue recogida de la superficie, de modo que no es posible determinar a qué fase del Formativo pertenece. Mientras que era de desear que pudieran obtenerse muestras contemporáneas de obsidiana del Valle de Oaxaca, parecía que casi toda la obsidiana de las excavaciones llevadas a cabo 30 años atrás fue mal guardada o de plano no se encuentra accesible.

Cuadro 2.  Comparación de la Obsidiana Cruz B de Etlatongo con Sitios
Cruz A y Cruz B del Valle de Nochixtlán y la Cañada de Cuicatlán
  Aldeas Cruz A y Cruz B
Fuente de Obsidiana Etlatongo
Cruz B
n = 207
Yucuita
Cruz A & B
n = 45
Rancho Dolores Ortíz;
Mixe; Cruz A
n = 21
Paredón, Puebla 65% 2% 0%
Otumba, México 24% 0% 0%
Guadalupe Victoria, Puebla 8% 88% 90%
Ucareo, Michoacán 2% 0% 0%
Pico de Orizaba, Veracruz 0% 17% 5%
El Chayal, Guatemala 0% 0% 5%
Tulancingo, Hidalgo 0% 0% 0%
Ixtepeque, Guatemala 0% 0% 0%
Cruz Negra, Michoacán 1% 0% 0%

Mientras que sería deseable hallar más muestras de depósitos Cruz B en la Mixteca Alta y en la Cañada de Cuicatlán, los datos muestran con claridad la importancia de la fuente de obsidiana de Guadalupe Victoria en la Mixteca Alta. Toda la obsidiana Cruz B de Yucuita es de dicha fuente, como lo son también casi todas las muestras Cruz B. La única otra fuente de obsidiana que está representada en Yucuita es Pico de Orizaba – una fuente geográficamente próxima a Guadalupe Victoria (véase Figura 1).

Idéntico patrón prevalece en Rancho Dolores Ortíz (combinado en el Cuadro 2 con un fragmento de obsidiana del sitio mixe Cruz A de Zacatepec), con 90% de la obsidiana proveniente de Guadalupe Victoria. Una sorpresa fue la presencia en Rancho Dolores Ortíz de obsidiana guatemalteca – de El Chayal. Esto sugiere que la ubicación estratégica de Rancho Dolores Ortíz no sólo permitía que el sitio encauzara obsidiana de las tierras altas centrales y Veracruz dentro de Oaxaca, sino que también la conectara con redes de intercambio que traficaban con obsidiana guatemalteca. La virtual ausencia de la importante fuente de obsidiana Cruz A en Etlatongo – Paredón –, en Yucuita y Rancho Dolores Ortíz es significativa, e ilustra las dramáticas transformaciones en la interacción interegional y la complejidad social emblemática de la fase Cruz B.

Cambios Diacrónicos

La muestra inicial de Etlatongo sólo estuvo focalizada en los contextos Cruz B; yo también deseaba entender los cambios en la obtención de obsidiana a través del tiempo. La fase más tardía Yucuita representa un tiempo de importantes cambios en la complejidad sociopolítica (Blomster 2004). Los análisis de la obsidnana dan cuenta del impacto de los nuevos centros urbanos en las economías de intercambio y obtención. Yo seleccioné todos (n = 93) los fragmentos de obsidiana de los depósitos de la fase Yucuita asociados con casas en el Área de Excavación 1 (EA-1) y de un pozo de almacenamiento en la Unidad 6 (n = 13). A fin de ubicarlos en un contexto más amplio, la obsidiana del Formativo Tardía fue tomada de Monte Albán (n = 15), el centro del estado zapoteca en el Valle de Oaxaca, y de Carrizal (n = 16), ubicado en el Istmo de Tehuantepec. Estos datos aparecen resumidos en el Cuadro 3.

Cuadro 3.  Comparación de la Obsidiana del Formativo Tardío
en Etlatongo, Monte Albán y Carrizal
  Sitios del Formativo Tardío
(Yucuita o Monte Albán Temprano I):
Fuente de Obsidiana Etlatongo
n = 106
Monte Albán
n = 15
Carrizal
n = 16
Paredón, Puebla 42% 73% 0%
Otumba, México 29% 7% 0%
Guadalupe Victoria, Puebla 14% 7% 25%
Sierra de Pachuca, Hidalgo 6% 0% 12%
Ucareo, Michoacán 5% 1% 0%
Zaragoza, Puebla 3% 7% 19%
Pico de Orizaba, Veracruz 3% 0% 3%
El Chayal, Guatemala 1% 0% 12%
San Martin Jilotepeque, Guatemala 0% 0% 2%

Los datos de la fase Yucuita muestran cambios en los modelos económicos durante el período Formativo Tardío de Etlatongo. La fuente de Paredón, aunque sigue siendo la más importante, ya deja de constituir más de la mitad de toda la obsidiana de Etlatongo. La menor utilización de la fuente de Paredón, sin embargo, no queda equilibrada por un mayor número de fuentes utilizadas; el número total de fuentes de obsidiana es de una menos, o sea ocho, que durante Cruz B. Las fuentes, sin embargo, cambian; las fuentes del Occidente de México parecen declinar en importancia, en tanto que otras dos fuentes de las tierras altas de México – Pachuca y Zaragoza – pasan a cobrar importancia.

La comparación con Monte Albán, el centro del estado emergente del Clásico Zapoteca en el Valle de Oaxaca, muestra una menor variedad de fuentes. Sólo cinco fuentes están representadas en las muestras estudiadas con INAA, y de éstas, la fuente de Paredón constituye la vasta mayoría (73%) de la muestra. El foco prácticamente total en la fuente de Paredón en Monte Albán, también contrasta con la obsidiana de Carrizal que se analizó. Este sitio, ubicado a lo largo de las importantes rutas comerciales del Istmo de Tehuantepec, no contenía ejemplos de las fuentes de las tierras altas del centro de México – Paredón y Otumba –, tan importantes en Etlatongo y Monte Albán. En cambio, las fuentes de obsidiana que están representadas se encuentran divididas en forma mucho más pareja entre seis fuentes, dos de las cuales (Chayal y San Martín Jilotepeque) son de Guatemala. Las fuentes del Occidente de México están ausentes en la muestra de Carrizal, mientras que la importante fuente de Guadalupe Victoria en Puebla es la más frecuente (25%). Carrizal estaba ubicado junto a las rutas comerciales del istmo que canalizaban la obsidiana guatemalteca hacia las tierras altas del sur y centrales.

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