Imagen - Vasija de Cacao - K6706 © Justin Kerr FAMSI © 2005:
Rosemary A. Joyce
 

Ocupación del Valle Inferior del Río Ulúa, Honduras, en el Formativo Temprano
Traducido del Inglés por Alex Lomónaco
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Una figurilla de las excavaciones de Puerto Escondido. Dibujo de Yolanda Tovar, usado con su permiso.

Año de Investigación:  1996
Cultura:  Maya
Cronología:  Preclásico Temprano
Ubicación:  Valle Inferior del Río Ulúa, Honduras
Sitio:  Puerto Escondido

Abstracto

Gracias a las excavaciones que se han realizado en el norte de Honduras se han recuperado evidencias de los orígenes de la vida aldeana en la región, que se cuenta entre los casos más tempranos en Mesoamérica. Los inicios de los asentamientos en fechas anteriores al 1600 a.C., la producción de cerámica elaborada hacia el 1600 a.C. y la integración a redes de intercambio económico que llegaban hasta Guatemala y México alrededor del 1100-900 a.C. (años calendáricos), son consistentes con los patrones que se han registrado en la costa del Golfo de México, el altiplano central mexicano y la costa del Pacífico, en particular el Soconusco. Con base en la posición estratigráfica de los artefactos y 11 fechas de radiocarbono, se definen cinco fases tempranas que abarcan desde fines del período Arcaico (Sauce), el Formativo Temprano (Barahona, Ocotillo, Chotepe) y principios del Formativo Medio (Playa). Con estos fundamentos, se cuenta con evidencias contrarias a los modelos tradicionales en los que se consideraba que Honduras era una periferia subdesarrollada de centros ubicados en México, desde donde llegaban con retraso influencias culturales.

Figura 1. Mapa del Oriente de Mesoamérica.

Conclusiones

En lugar de ser una aldea rural aislada y atrasada ubicada en el borde del mundo mesoamericano, la sociedad del Formativo Medio de la cual Playa de los Muertos formaba parte, tuvo una historia continuada que data de una época tan temprana como la de cualquier sociedad sedentaria de las que ya han sido documentadas en Mesoamérica. Al igual que otras sociedades mesoamericanas precoces, las gentes de la fase Chotepe Valle de Ulúa participaban en redes de intercambio a larga distancia, a través de las cuales la obsidiana de Guatemala llegaba a sitios tan lejanos hacia el oeste como los centros olmecas de la Costa del Golfo. Las sociedades hondureñas de la fase Chotepe participaban directamente en las relaciones sociales que impusieron las preferencias por los cuencos abiertos de base plana en distintos matices de blanco y negro, que a menudo mostraban complejos motivos grabados relacionados con temas ideológicos y religiosos. La participación en estas redes de aldeas ubicadas en el lejano oriente de Mesoamérica, está haciendo necesaria una reevaluación de los patrones núcleo-periferia relacionados con el desarrolla de las sociedadas complejas mesoamericanas durante los siglos que van del 1100 al 900 a.C.

La profunda secuencia estratigráfica de Puerto Escondido también requiere una nueva evaluación acerca del surgimiento de las sociedades sedentarias que dependían de la agricultura desde las predecesores del período Arcaico tardío, involucrados en estrategias diversificadas de recolección (Voorhies, 1996a; 1996b). La estratigrafía, los elementos, y las fechas de los depósitos de Barahona en Puerto Escondido, favorecen los argumentos que se basan en las muestras de polen de Lago Yojoa, ubicado a sólo 65 km de distancia, según los cuales hubo una intensificación relativamente temprana del cultivo del maíz en el noroeste de Honduras (Rue, 1989). Previamente a la identificación de una ocupación temprana en Puerto Escondido, las fechas propuestas para el polen de maíz en Lago Yojoa no eran consistentes con la falta de evidencias de un asentamiento más antiguo en la región.

Al día de hoy, los modelos del período de transición del Arcaico al Formativo en Mesoamérica, están basados en unos pocos sitios que presentaron condiciones de preservación inusualmente favorables. Estos sitios podrían no ser típicos de lo que probablemente fueran los caminos diversos hacia un mayor sedentarismo y una mayor dependencia de los cultivos de un rango más reducido de plantas alimenticias. El papel jugado por el entorno ribereño fértil de las tierras bajas es particularmente difícil de investigar, debido a la frecuencia con que han sido vueltos a trabajar y enterrados por las depositaciones (Pope, 1985; Voorhies y Kennett, 1995). Es muy poco probable que Puerto Escondido sea único, y es mucho más probable que el potencial agrícola de los valles ribereños de las tierras bajas mesoamericanas hubieran hecho de ellos los lugares más favorables –junto con los pantanos y los entornos lacustres– para las primeras transiciones hacia una dependencia mayor de la agricultura y hacia el sedentarismo (Hester et al., 1996; Jacob, 1995; Jacob y Hallmark, 1996; Jones, 1994; Pohl, 1990; Pohl et al., 1996). Tenemos casi por seguro que existen otras aldeas igualmente tempranas en otros lugares del oriente mesoamericano. La identificación de asentamientos tempranos en áreas con depositaciones activas de ríos puede resultar difícil, pero es de crucial importancia llegar a una comprensión más precisa de la historia temprana de la ocupación humana en Centroamérica.

Lista de figuras:

Figura 1.  Mapa del Oriente de Mesoamérica.
Figura 2.  Los elementos arquitectónicos más importantes que se estudiaron en Puerto Escondido. La Estructura 4A fue el edificio específico en el que se trabajó con los fondos de FAMSI.
Figura 3.  Fechas de carbono calibradas de las excavaciones de Puerto Escondido.


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Por favor tenga en cuenta lo siguiente: Se podrá encontrar un informe mucho más detallado de este projecto en un artículo titulado "Beginnings of Village Life in Eastern Mesoamerica" (Los comienzos de la vida en aldeas en el oriente de Mesoamérica), de Rosemary A. Joyce y John S. Henderson publicado en Latin American Antiquity, Volumen 12, Número 1, Marzo 2001.

Entregado el 9 de enero del 2002 por:

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