kerr.jpgLAS COLECCIONES KERR
 
Una breve historia de los rollout fotográficos
(o fotografías panorámicas en 360º)

Traducido del Inglés por Alex Lomónaco
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La fotografía periférica (o fotografías panorámicas en 360º de objetos cilíndricos), ha sido un tema intrigante desde los albores de la existencia de la fotografía. En un momento dado, el Museo Británico creó una cámara para tomar imágenes consecutivas del Vaso Fenton (publicado en The Blood of Kings, Schele y Miller, 1986), pero no he podido hallar ninguna historia que relatara en qué momento fue creada esta cámara, o por quién. Una de las imágenes en rollout más antigua que encontré se hallaba en la revista Life, y mostraba a una persona danzando con su abanico. El epígrafe indicaba que había sido tomada con una cámara Mercator. Yo supuse que "Mercator" se refería a la "Proyección de Mercator" (Gerhardus Mercator, un cartógrafo y geógrafo flamenco, 1512-94), que es un método para realizar mapas por medio de la proyección del globo terrestre en forma de una imagen aplanada.
Mi propia experiencia con los rollouts comenzó cuando en 1972 hice para Michael Coe las fotografías de su libro The Maya Scribe: His Art and World. El procedimiento que usé, que requería de la toma de una serie de fotografías fijas de un vaso, y que luego hacía dibujar por un artista, era costoso y no muy satisfactorio. Por más habilidoso que fuera el artista contemporáneo, el problema seguía ahí: yo no podía estudiar la mano del artista de antaño, ni su estilo.

De la búsqueda que llevé a cabo en ese momento surgieron únicamente dos posibilidades: una de ellas era un sistema comercial que no estaba en condiciones de costear, y la otra, una cámara fabricada por la Deardorff Company de Chicago. Cuando me puse en contacto con ellos, me explicaron que ya no fabricarían su versión de la cámara periférica; los dos técnicos que conocían los detalles de su fabricación habían fallecido.
Comencé entonces a experimentar por mí mismo usando una cámara que ya existía (una Hasselblad), para ver si podía transformarla en lo que me estaba haciendo falta. Hice una serie de pruebas, tratando de lograr que la cámara funcionara sin sufrir daños, pero no obtuve ningún resultado. Finalmente logré modificar el magazine o cartucho para películas de la cámara, de manera que me permitiera mover la película por medio de un motor externo. Luego procedí a tomar algunas imágenes utilizando un plato giratorio de fonógrafo, algunas abrazaderas de tipo C y algunos sobrantes de puntas de correas y tablas para construir un montaje que pudiera sostener un vaso. Mi primer modelo a fotografiar fue una lata de café, y todavía recuerdo mi estado de ansiedad mientras revelaba el primer rollo de película. Cuando retiré la película de la bandeja de revelado, quedé estupefacto al ver que había obtenido una imagen panorámica en 360º de la lata de café. Después de muchos otros experimentos hechos a distintas velocidades y tiempos, sentí que estaba listo para probar con un vaso de verdad.
Gillett Griffin, de Princeton, me hizo llegar un pequeño cuenco olmeca con el diseño impreso de una garra (K502). Sentí que si lograba obtener una imagen clara de su superficie curvada estaría en condiciones de hacer un rollout de prácticamente cualquier recipiente. Exactamente al mismo tiempo, Otis Imboden, un fotógrafo de National Geographic, hizo una serie de rollouts que publicó con un epígrafe que decía "Fotografiados con un plato giratorio". Algunas de estas imágenes aparecieron en el número de diciembre de 1974.
El Museo de Arte de Princeton había adquirido un vaso, que hoy se conoce como "El vaso de Princeton" (K511). Para celebrar el evento, se decidió montar una importante exposición, con su correspondiente catálogo. Michael Coe escribió el texto y el Museo de Arte de la Universidad de Princeton publicó Lords of the Underworld (1978), con veinte de mis rollouts a color. El apéndice de dicho libro explica el proceso de una manera sencilla, que reproduzco a continuación:
"El vaso se apoya sobre un plato giratorio y va girando frente a la cámara, donde la película se va moviendo a la misma velocidad que la superficie del plato"

El último párrafo del apéndice dice lo siguiente:

"Mientras iba armando la cámara, me sentía entusiasmado por la oportunidad que se me brindaba de conocer a personas maravillosas y de poder colaborar con ellas. Espero haber contribuido con una herramienta útil para la tarea de desciframiento, que nos permita a todos estudiar y apreciar con mayor facilidad los logros de estos artistas. Me causa gran satisfacción personal sentir que he sido capaz de retroceder varios siglos en el tiempo para captar hoy en día, en películas, algo de la mente y el espíritu del gran pueblo maya"

Ya llevo registrados más de 1400 vasos mayas. Espero que ponerlos a disposición de los interesados en el portal de FAMSI, habrá de contribuir al avance del conocimiento, y permitirá que muchas más personas conozcan y disfruten de los detalles y la belleza de estos vasos.
Justin Kerr