Enlaza con Figura antropomorfa de barro de la tradición de las "tumbas de tiro" que representa un individuo cornudo con un objeto en la mano (Colima). Eduardo Williams
El Antiguo Occidente de México: Un Área Cultural Mesoamericana
 

El Marco Geográfica

Siendo la más extensa subárea de Mesoamérica, al igual que la más diversa desde el punto de vista del medio ambiente, el Occidente no es una unidad geográfica, ni siquiera una unidad cultural, considerando su gran variedad cultural en tiempos antiguos. El Occidente ocupa varios ámbitos geográficos, que incluyen un buen número de nichos ecológicos muy diversos y aún en casos contrastantes. De acuerdo con el estudio geográfico de West (1964), el Occidente ocupa porciones de la siguientes regiones geográficas: la Mesa Central; la Cordillera Neovolcánica; la Sierra Madre Occidental; las tierras bajas costeras del Pacífico. Según lo indicado por Enrique Jardel,

el occidente de Mesoamérica[...] es casi imposible de definir como una unidad con criterios físicos o biológicos, ya que se trata de un espacio de contacto y transición entre, al menos, cinco regiones fisiográficas (la Planicie Costera Noroccidental, la Sierra Madre Occidental, el eje Neovolcánico, el Altiplano Central, la Sierra Madre del Sur y la Depresión del Balsas) y cuatro provincias biogeográficas (Sinaloense, Sierra madre Occidental, Volcánica Transversal y Nayarit-Guerrero)[...] Al parecer, tanto en lo que se refiere a su geografía física y biológica, como en lo cultural, el Occidente es una región caracterizada por la diversidad y la transición, y esto es probablemente lo que mejor la define (Jardel 1994: 18).

Ninguna discusión del marco geográfico del Occidente estaría completa sin mencionar sus ríos y lagos; la siguiente se basa en Tamayo y West (1964). La vertiente del Pacífico recibe menos lluvia y cubre un área menor que la del Atlántico, y se caracteriza por corrientes superficiales de poca descarga. Sólo dos grandes cuencas ocurren en esta región: los sistemas del Lerma-Santiago y del Balsas. Un sistema marcadamente estacional caracteriza a la mayoría de las corrientes permanentes de la vertiente del Pacífico y muchos de los ríos pequeños son intermitentes.

El Sistema del Lerma-Santiago es una de las cuencas hidrográficas más grandes de América Media. El actual sistema fluvial se origina en los pantanos y lagos en el extremo sur del Valle de Toluca; corriente abajo el río recibe muchos tributarios, atravesando porciones de los actuales estados de México, Querétaro, Guanajuato, Michoacán y Jalisco. El Lerma es un río lento con poca gradiente y muchos meandros en su camino.

El Lago de Chapala es una gran cuenca de 80 Km. de longitud (de este a oeste). Es la única que queda de una serie de cuencas del Terciario, y antiguamente recibía una descarga apreciable de los ríos Lerma, Duero y Zula. El Río Grande de Santiago (o Río Tololotlán) se origina en el Lago de Chapala y cruza el extremo sur de la Sierra Madre Occidental, hasta desembocar en el Océano Pacífico en las costas de Nayarit. Los tributarios más importantes son los ríos Verde, Juchipila, Bolaños, Apozolco y Guaynamota.

El área de desagüe del Pacífico Central de México se encuentra entre las cuencas del Lerma-Santiago y del Balsas. Los ríos son cortos y torrenciales, bajando bruscamente por taludes empinados. De norte a sur los ríos más grandes son el Ameca, el Armería y el Coahuayana. El Sistema del Río Balsas desagua una cuenca de 105,900 Km2, una de las mayores áreas de desagüe de la América Media.

Finalmente, la geología, hidrología, topografía y clima se combinan para dar forma a la cubierta vegetal del Occidente. La más abundante configuración florística es la del bosque tropical deciduo, seguida por una configuración de montaña tipificada por coníferas y Quercus; menos abundante es el bosque tropical subdeciduo. En las porciones más secas del área –en particular hacia el norte—encontramos el bosque espinoso, pastizales y plantas xerofíticas (Rzedowski y Equihua 1987: 14).

Lo que sigue es una síntesis del desarrollo cultural prehispánico en el Occidente desde los tiempos más remotos hasta la llegada de los españoles en el siglo XVI. Los términos Formativo, Clásico, Postclásico y sus equivalentes se emplean en un sentido meramente cronológico, sin implicaciones de desarrollo cultural para cada época (ver el cuadro 1).

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