Imagen - Vasija de Cacao - K6706 © Justin Kerr FAMSI © 2001:
Christopher T. Morehart
 

Plantas del inframundo: uso ritual de plantas en ceremonias que los antiguos mayas realizaban en cuevas
Traducido del Inglés por Alex Lomónaco
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Figura 17. Kan Bahlum Mo' con árbol de peralejo.

Año de Investigación:  1998
Cultura:  Maya
Cronología:  Clásico al Contemporánea
Ubicación:  Belice, Guatemala, Honduras, El Salvador
Sitios:  Actun Nak Beh, Barton Creek, Actun Chapat y Actun Chechem Ha

Tabla de Contenidos

Introducción
Investigaciones paleoetnobotánicas
Discusión
Conclusiones
Agradecimientos
Lista de Figuras
Referencias Citadas

Introducción

Para los antiguos mayas, las cuevas constituían áreas sagradas del paisaje natural. Las cuevas se percibían como puntos de acceso al inframundo (Awe 1998; Bassie-Sweet 1991; Brady 1989; Brady y Stone 1986; Pohl 1983). Fuentes posteriores a la conquista, como por ejemplo el Popol Vuh, se refieren al inframundo como Xibalba (Tedlock 1985). Xibalba era el hogar de muchos dioses poderosos del panteón maya. Así, las cuevas eran un escenario apropiado para aquellas actividades religiosas que implicaran una carga importante de significación cosmológica. Los investigadores han propuesto distintas interpretaciones para estos tipos de rituales que tenían lugar en las cuevas. La mayoría de estas ideas tienen que ver ya sea con ritos de fertilidad, enfatizando la relación entre el inframundo y las deidades asociadas con la lluvia y la agricultura (Awe 1998; Brady 1988, 1989), o con rituales políticos, en los que se examinaba el papel de las cuevas en la transferencia y negociación del poder social, económico y político (Brady y Ashmore 1999; Halperin 2001; Halperin et al. 2001; Helmke 1998; Pohl 1983).

Casi todas las teorías sobre la utilización de cuevas por parte de los mayas se han basado predominantemente en observaciones de conjuntos de artefactos durables, con la casi virtual exclusión de cualquier resto botánico (Brady 1989; Gibbs 1997; Halperin 2000; Helmke 1998; Helmke y Awe 1998; Ishihara 2000; Pohl 1983; Stone 1995). Además, ha habido pocas investigaciones de prácticas rituales antiguas en sitios de superficie en las que se hayan usado bases de datos arqueobotánicas (para una excepción, véase Guderjan 2000; McNeil 2000). En respuesta a la escasez de estudios de restos de plantas recuperados en contextos rituales, este artículo presenta algunos resultados preliminares e interpretaciones de investigaciones paleoetnobotánicas emprendidas en cuatro cuevas ubicadas en el occidente de Belice: Actun Nak Beh, en el valle del río Roaring Creek, en la cueva de Barton Creek, en el valle del río Barton Creek, y en Actun Chapat y Actun Chechem Ha, en el valle del río Macal (Figura 1) (véase Morehart 2001, Morehart en preparación). Yo planteo que el grado de proximidad entre los sitios de cuevas y los centros ceremoniales resultó en patrones diferenciales en el registro arqueobotánico, que reflejan claras actividades rituales. Al contrario de otros estudios paleoetnobotánicos que han estudiado sólo el potencial económico de los restos arqueobotánicos, el presente trabajo hace énfasis en la naturaleza simbólica de la utilización de las plantas. Los datos etnográficos justifican esta perspectiva. Entre las plantas mayas contemporáneas y las substancias alimenticias usadas en los rituales, muchas son seleccionadas en base a elementos simbólicos específicos que están asociados con ellas (Flores y Balam 1997; Kintz 1990; Redfield y Villa Rojas 1934:128-147; Roys 1931; Steinberg 1999; Vogt 1976:89-90). De esta forma, cada una tiene su lugar, no simplemente debido a su utilidad económica, sino más bien debido a su prominencia y a su historia cosmológica y mitológica.


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Entregado el 1 de enero del 2002 por:

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