Imagen - Vasija de Cacao - K6706 © Justin Kerr FAMSI © 2005:
Marcello A. Canuto y Ellen E. Bell
 

Limites y Fronteras del Clásico Maya: Excavaciones en el Paraíso, Copán, Honduras, Temporada 2003

Conclusiones

Parece estar claro que el plano espacial, el estilo arquitectónico, y la decoración, representan marcadores importantes en esta región (Schortman y Nakamura 1991). Parecería que en esta área hubiera dos estéticas arquitectónicas y espaciales diferentes. Una estaría representada por el tipo PC3 (QP3) compuesto por cuatro plataformas que forman una pequeña plaza/patio cuadrangular con ángulos sellados y acceso restringido. Este tipo también está presente en los valles de El Paraíso, La Florida, La Venta, y hasta Quimistán, en sitios como Morjá, Playitas, Quebradas, El Paraíso, Las Pilas, y El Abra. El segundo tipo pareciera tener su origen en el centro de Honduras, y está representado por una disposición más libre de las estructuras simples y piramidales, que forma un gran espacio de plaza con múltiples puntos de acceso. Este tipo varía en tamaño y monumentalidad, pero puede verse en sitios como La Sierra, El Coyote, Roncador, Los Higos, El Puente, y El Cafetal (es posible que Río Amarillo se haya construido originalmente siguiendo este patrón).

Por el momento, la prominencia social, económica, política y hasta étnica, de estas diferencias arquitectónicas, espaciales, y decorativas, son materia de especulación. Sin embargo, queda claro que ambas tradiciones se vieron cada vez más influenciadas por una capa superpuesta de un complejo de rasgos mayas de élite. Resulta de interés que este complejo de rasgos es bastante marcado en toda la región, e incluye mampostería de piedra labrada, pisos de estuco, fachadas de yeso, escultura arquitectónica, textos jeroglíficos, y el acceso a gran cantidad de objetos exóticos trabajados (jade, concha, cerámicas de buena calidad). Tradicionalmente, esta capa superpuesta ha sido torpemente interpretada como una forma de "mayanización" por parte de los gobernantes de Copán hacia sus vecinos no mayas.

En estudios recientes (Manahan y Canudo, s/f; Schortman y Nakamura 1991; Schortman, Urban, y Ausec 2003), las interpretaciones han modificado su enfoque hacia los procesos de interacción regional. Este abordaje ha mostrado de qué manera las élites regionales manipularon y abusaron de las diferentes identidades situacionalmente, formando y disolviendo alianzas de acuerdo con sus intereses locales. Las motivaciones y prácticas de las élites regionales pueden explicar la difusión de rasgos de la élite del Clásico maya en toda la región, sin su "mayanización" concomitante. En otras palabras, aconseja cautela ante el reflejo condicionado de confiar en los "rótulos" étnicos, concentrándose en la materialización de las interacciones y estrategias de la élite. Dado este abordaje, la mayanización de finales de Coner de los centros del interior podría estar más relacionada con la fisión política que tuvo lugar en el 738 d.C. entre Copán y Quiriguá que con la enculturación (inexorable) de los pueblos no mayas.

Visto dentro de este paradigma teórico, el conflicto Copán-Quiriguá probablemente haya dividido la región en al menos dos facciones políticas (grupos de élite), con intereses mutuamente exclusivos y competitivos. Es dentro de este paisaje político faccional y fracturado que debe entenderse el proceso de "mayanización". Para la investigación del PAREP, un obvio punto de partida sería la inexplicable proximidad y contemporaneidad de El Cafetal y El Paraíso. Esta coincidencia espacial y temporal complica marcadamente la interpretación de los dos centros respecto no sólo a cada uno de ellos, sino también al resto de la región. Sin embargo, este escenario de "centro dual" no es único en esta región. En el valle de La Florida, los centro de El Abra y El Puente parecen reproducir la relación entre El Paraíso y El Cafetal, además de estar a menos de 2 km de distancia uno del otro.

Como ya se dijo, El Cafetal y El Puente reflejan una estética similar, mientras que El Paraíso y El Abra comparten muchos atributos. En el caso de estos dos pares de centros, uno de los centros deriva de una tradición cultural diferente de la del otro, aún cuando los gobernantes de todos estos centros habían buscado algún grado de compromiso, y la adopción de la cultura de la élite maya del Clásico Tardío (en otras palabras, todos estos centros demuestran alguna generalización de los rasgos mayas de élite). A pesar de las variaciones en la manera como estos gobernantes fueron incorporados en la cultura de la élite maya de la región, estos centros indiscutiblemente reflejan diferencias "primordiales" (espaciales, arquitectónicas, y estéticas) entre ellos que refuerzan el concepto de la composición multiétnica de esta región.

Las dos instancias de esta "escenario de centro dual" se vuelven más interesantes por el hecho que los dos pares de centros están situados en zonas de intersección cruciales –esto es, allí donde los intereses regionales de Quiriguá y Copán se superponían (Figura 28). Para tener acceso a las mercancías del centro de Honduras, los comerciantes establecidos en Quiriguá debieron haberse visto obligados a atraversar la cuenca del Chamelecón. Desde Quiriguá, las rutas que llevaban al sur hacia el Chamelecón debían terminar en los valles de El Paraíso y La Florida. Es importante señalar que aquellas rutas que daban acceso a los comerciantes de Copán, al centro de Honduras y a la costa del Caribe, también cruzaban por estos mismos dos valles. Puesto que estas rutas al Chamelecón se cruzan, los gobernantes de ambos estados indudablemente se sentirían inquietos respecto del pasaje seguro de sus mercancías por estos dos valles. Tal vez como una estrategia para salvaguardar sus intereses, los gobernantes de ambos estados ofrecieron a los líderes de centros especiales del interior, un acceso a status y autoridad superiores, creando de esta manera una frontera política en un área que ya estaba dividida por las diferencias étnicas.

La secuencia cronológica de los eventos del Clásico Tardío ocurridos en el valle de El Paraíso se condicen con este modelo. El rápido desarrollo de El Paraíso como un centro de élite estilo maya durante la segunda mitad del siglo 8 d.C., más o menos coincide con la construcción igualmente transformadora y el embellecimiento arquitectónico de Río Amarillo. Hasta Los Higos, y posiblemente otros centros de los valles de La Venta y La Florida, también llegaron a su máximo tamaño durante la fase tardía de Coner. Estos eventos coincidentes indican que los eventos políticos y económicos entre Copán y Quiriguá hacia mediados del siglo 8 d.C. tuvieron un impacto regional.

Estos desarrollos arquitectónicas de tierra adentro podrían inclusive haber tenido sus análogos dentro mismo del valle de Copán. Durante los reinados de los últimos dos gobernantes de Copán, varios recintos residenciales de élite en todo el valle de Copán (9N-82, 9M-146, y 8N-11) fueron renovados y agraciados con banquetas jeroglíficas. Este desarrollo cronológicamente coincidente ha sido interpretado como un ejemplo, ya sea de la desintegración del control monopólico del gobernante sobre ciertos privilegios y símbolos dinásticos (Fash 2002), o de la revitalización de una autoridad centralizada a través de la imposición de un imprimátur dinástico (Plank 2003). En cualquier caso, estas interpretaciones podrían aplicarse fácilmente a la totalidad de la región, incluyendo los centros de tierra adentro.

Si los desarrollos en Copán y en los centros del interior de los grupos residenciales de élite fueron resultado de algunas de las mismas motivaciones y procesos, entonces los modelos de organización del estado y el colapso de Copán necesariamente deberán combinarse con modelos de interacción interregional. Además, estos modelos deberán ser aplicados a un contexto dentro del cual las diferencias culturales más importantes dentro de la región pudieran haber llevado a los procesos de etnogénesis.

Planes futuros

Esta investigación preliminar ha terminado por plantearnos un sinnúmero de nuevas preguntas que serán centrales en las futuras investigaciones. Gracias a los fondos que tan generosamente otorgó FAMSI, el interés general original en este valle tan poco conocido al norte de Copán se ha transformado en una serie de preguntas de investigación claramente definidas que a su vez resultan de amplio alcance y que tienen el potencial de causar un impacto sobre los modelos regionales de mantenimiento del estado, de interacción regional, y de formación de la identidad. Específicamente, en este momento podemos plantearnos las siguientes preguntas: (1.) ¿Son las diferentes estéticas espaciales de los centros del interior las materializaciones de identidades locales diferentes que resultan de un programa dinámico de etnogénesis? (2.) ¿Cómo se relacionan las distintas instancias de la "mayanización" con estrategias de la élite vinculadas con afiliaciones políticas? (3.) ¿Los procesos de etnogénesis regional e interacción interegional estuvieron relacionados con el desarrollo del estado y el colapso en Copán y Quiriguá?

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