John Pohl, LOS CÓDICES MESOAMÉRICA
de John Pohl

ORÍGENES DE LA CIVILIZACIÓN

Estudiosos que hoy trabajan a lo largo de la región debaten los factores principales que contribuyeron a los orígenes de las civilizaciones de Mesoamérica, la mayoría cree que las desigualdades entre gobernantes y gobierno, una condición de todas las civilizaciones tempranas se desarrolló con la consolidación del poder social por jefes quienes coordinaron la labor de agricultura y dirigieron el almacenamiento y redistribución de los excedentes de las cosechas que les aseguró la supervivencia en grupo contra la sequía y otras calamidades naturales.

Entre los años 15,000 y 5,000 a.C., las poblaciones humanas subsistieron mayormente como cazadores migratorios y buscadores hasta la domesticación de plantas, sobre todo el maíz, fríjoles, y la calabaza les proporcionó excedentes lo que les permitió la supervivencia en los asentamientos por todo el año.

Los antropólogos tienden a imaginar a las primeras tribus como sociedades igualitarias que restringieron la acumulación de riquezas personales circulando continuamente comida y materiales a través de redes de intercambio recíproco. El compartimiento de la comida y los regalos pudo haber promovido la confianza y juntar a miembros tribales, la habilidad para generar excedentes con el cultivo de las plantas pudo haber creado diferencias de posición social. Individuos ambiciosos pudieron haber empezado a capitalizar las necesidades básicas de supervivencia, los líderes más exitosos a largo plazo no eran necesariamente los más fuertes, pero eran los más generosos.

Una vez que se domesticaba la comida como de primera necesidad, pudo haber estado disponible a cualquier población interesada en cambiar de búsqueda a la agricultura y la vida sedentaria. La agricultura puede apoyar largas poblaciones pero exige formas intensas de cultivo. La gente de Mesoamérica enfrentó el desafío desarrollando una amplia variedad de técnicas agrícolas, desde terrazas de montañas a excavación de canales o incluso a la creación de tierras húmedas artificiales. Los mesoamericanos domesticaban perros y pavos, pero los animales salvajes como los venados fueron atraidos naturalmente a los jardines donde podían ser capturados y atados fácilmente. El cultivo de árboles frutales atrajo una amplia variadad de pájaros cuyo plumaje vívido se codició por desplegar riqueza y prestigio.

Imagen - Figura 1 Los cultivos tempranos de plantas atrajo probablemente a curadores de la tribu como medicinas, pero después fue acogido como comidas especiales para fiestas por líderes de la tribu emprendedores buscando reforzar su estado social. Los granos de un maíz incipiente derivados de un césped simple como el teosinte eran muy pequeños para ser constituido como materia prima. Al principio, se seleccionaron probablemente para hacer algo comparado a tesguino, una bebida ligeramente embriagante. El hemisferio Occidental es reconocido por su diversidad de plantas alucinógenas. Se creía que muchas facilitaban comunicación con lo sobrenatural. Se consultaban a dioses y antepasados para aprender de esta manera las fuentes de enfermedades. Haga clic en la imagen para más detalles.
Imagen - Figura 2 El desarrollo exitoso de la intensificación agrícola permitió a las civilizaciones mesoamericanas a construir excedentes que no sólo los protegió de catástrofes contra la sequía, sino también los condujo a la especialización social y finalmente a la creación de clases especializadas de comerciantes, guerreros, artesanos, y aristocracias de reyes. En ninguna parte del mundo había tanta energía invertida en la domesticación de plantas y la tremenda variedad en nuestra propia dieta, mucho de lo cual tomamos por un hecho hoy, se debe principalmente a la ingeniosidad indígena. Haga clic en la imagen para más detalles.
Imagen - Figura 3 La gente de Mesoamérica estaba tan impresionada con sus logros como ingenieros agrícolas que incluso conmemoraban sus comidas, como calabaza por ejemplo, en obras maestras artísticas de piedras preciosas verdes. Haga clic en la imagen para más detalles.
Imagen - Figura 4 Como “los hombres grandes” eran llamados para patrocinar fiestas tribales, ellos engrandecieron sus propios alojamientos y expandieron los patios abiertos que rodeaban sus moradas para acomodar más de sus clientes. El prestigio llegó eventualmente a ser marcado por el tamaño de sus casas, y los jefes usaban sus casas para desplegar su elevada posición social literalmente levantando sus hogares sobre plataformas artificiales y restringiendo el espacio circundante para actividades rituales especializadas. De estos principios humildes vinieron los palacios magnificentes, templos, y plazas que continúan sobrecogiendonos hoy. Haga clic en la imagen para más detalles.

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