Imagen - Vasija de Cacao - K6706 © Justin Kerr FAMSI © 2007:
William R. Fowler
 

El Fin de la Civilización Pipil Precolombina: Ciudad Vieja, El Salvador
Con la contribución de: Jeb J. Card, Departamento de Antropología, Universidad de Tulane.

Las Cerámicas de Ciudad Vieja

Bosquejo General

Una de las manifestaciones de cambio cultural más concretas en Ciudad Vieja puede encontrarse en las vasijas de cerámica producidas localmente, en especial las que fueron utilizadas para servir y consumir alimentos. Con excepción de las depredaciones experimentadas por los esclavizados u oprimidos en la villa de San Salvador, el consumo de alimentos ocurría varias veces cada día, en cada casa del pueblo, durante la ocupación del sitio. La regularidad del consumo significa el regular reemplazo de las vasijas e implementos de servir que se rompían o que estaban fuera de moda. Además, si bien comer puede ser algo sencillo o íntimo, tomar los alimentos también puede ser una actividad importante desde el punto de vista social, político, o incluso ritual.

La inmensa mayoría de la cerámica utilizada en Ciudad Vieja fue de producción local por alfareros indígenas. Los alfareros españoles apenas habían empezado a trabajar en las colonias americanas durante la ocupación de la villa de San Salvador, en La Isabela en Española (Deagan y Cruxent 2002) y probablemente en la Ciudad de México después de 1530 (Lister y Lister 1982), pero estas industrias no parecen haber tenido un gran impacto en Ciudad Vieja, ya que la cerámica española constituye solamente un pequeño porcentaje de la colección cerámica de este lugar. Las vasijas para transporte, en la forma de "ollas para aceitunas" baratas parecidas a las ánforas usadas para transportar líquidos o granos a través de la tierra firme (Goggin 1960; Marken 1994), y ollas para drogas de mayólica que contenían medicinas (Lister y Lister 1987) son las más importantes de las cerámicas importadas. Las ollas para aceitunas son la mejor evidencia basada en artefactos sobre la coincidencia con las fechas documentadas históricamente para la ocupación y abandono de la villa de San Salvador. Todos los ejemplos excavados corresponden al periodo Temprano de piezas de paredes delgadas con vertedera, sin ejemplos de los gruesos cuellos en forma de "dona" del periodo Medio (Deagan 1987; Goggin 1960). No hemos encontrado ningún ejemplo de porcelana Ming en Ciudad Vieja, la cual empezó a aparecer en Centroamérica y en Nueva España después de 1572 d.C.

Una pequeña cantidad de vasijas para servir de mayólica con vidriado de estaño, como escudilla y platos con borde, que fue importada de Sevilla (Deagan 1987; Goggin 1968), estaba representado en el conjunto cerámico por unos cuantos tiestos. La falta de cerámica doméstica utilitaria española, especialmente recipientes para cocinar, es un patrón que se repite en todas las colonias (McEwan 1992). Un factor importante para este patrón muy probablemente reside en el género, ya que los hombres formaron la porción mayoritaria de inmigrantes europeos a las colonias españolas durante las primeras décadas de la Conquista. Las mujeres indígenas probablemente fueron las principales cocineras de San Salvador, y no es sorprendente, como fue el caso en otras colonias españolas, que las vasijas para la preparación de alimentos muestren la mayor continuidad desde tiempos anteriores a la Conquista (Ewen 1991).

El siguiente análisis se compone de tres partes: la primera es una clasificación descriptiva preliminar pero comprehensiva de las cerámicas indígenas que conforman la mayoría de los artefactos recobrados en Ciudad Vieja. Aparte de ser de interés para comprender a la Villa de San Salvador y a los inicios de la sociedad colonial en Centroamérica, esta clasificación será de interés para los arqueólogos que estudian los sitios postclásicos de la región. Si bien el análisis todavía se está llevando a cabo, las relaciones con los tipos previamente publicados se presentan cuando es posible.

La segunda parte es una breve discusión de las cerámicas europeas importadas encontradas en Ciudad Vieja. La pequeña cantidad de ollas para aceitunas y de mayólica es importante para obtener fechas cruzadas, al igual que para entender algunas de las transformaciones en las manufacturas artesanales indígenas durante los inicios del siglo XVI.

La tercer sección es un bosquejo general e introducción al análisis de uno de los más interesantes elementos de la cultura material en Ciudad Vieja: las vasijas para servir producidas por los indígenas que incorporan estilísticamente la forma de platos de mayólica importados de Europa. Estos recipientes de loza colono recibieron especial atención por lo que pueden revelar acerca del contacto entre las culturas mesoamericana y europea. Aparte de ser valiosos marcadores cronológicos por derecho propio, así como una manifestación física de hibridización cultural al principiar el fenómeno de la conquista española, hemos encontrado que los platos híbridos de Ciudad Vieja también reflejan un elemento importante de la comunidad indígena de la villa de San Salvador (ver la Figura 6).

Metodología

Un conjunto de análisis jerarquizados se llevaron a cabo durante el estudio de la colección cerámica de Ciudad Vieja. Estos incluyen a los siguientes:

Descripción de Tipos – descrita a continuación. Este es el análisis más básico de la colección de Ciudad Vieja. Las descripciones preliminares de grupo y de tipo se incluyen en este informe, los análisis de atributos más detallados y los conteos están todavía en proceso. Según un cálculo preliminar, aproximadamente unos 10,000 tiestos fueron analizados con descripción completa de tipo, con un número estimado adicional de 15,000 clasificados según tipo dentro del grupo cerámico primario. Para ayudar a este análisis se creó una base de datos de asas y otra independiente de soportes trípodes, clasificadas según atributos métricos.

Base de Datos de Platos – Se realizó el análisis detallado de tiestos de 618 platos híbridos de loza colono producidos por alfareros indígenas, pero que usaron formas de platos europeas. Los métodos y resultados se incluyen en este informe.

Forma y Función – El análisis detallado de la forma de los bordes y otra evidencia para el uso de las vasijas. Se clasificaron 1,900 tiestos de borde por su perfil (cuando menos 1,023 tiestos de borde fueron dibujados individualmente por Card, y el resto se clasificaron como suficientemente similares a los dibujados), y por medidas métricas adicionales (diámetro de orificio, grosor de la pared de la vasija, ángulo de la pared de la vasija) y medidas no métricas (presencia y tipo de asa, tiznado u otra evidencia de uso). La clasificación de estas vasijas en categorías de forma y de función potencial se está llevando a cabo. El análisis de correspondencia de supuestas áreas de actividad usando categorías preliminares de forma ha dado algunos resultados interesantes en comparación con otra evidencia arquitectónica y de artefactos, pero todavía hace falta más trabajo.

Descripciones Preliminares de Grupo y de Tipo

Recolección de Datos

La siguiente información fue registrada para cada tiesto completamente analizado:

  • Descripción – Clasificación preliminar según loza, textura (principalmente fina o burda, como se define abajo para la descripción de Alvarado).
  • Forma – Uno de varios cientos de perfiles de bordes para tiestos de bordes, de lo contrario una descripción general si aplica.
  • Porción – borde, cuello, asa, cuerpo, base, soporte.
  • Apéndice – Forma de asa o de soporte, si aplica.
  • Superficie exterior e interior – Tratamiento de la superficie (no se discute en este informe, está actualmente bajo análisis para una completa descripción clasificatoria).
  • Motivo – decoración pintada o de otro tipo, si aplica (no se discute en este informe, actualmente está bajo análisis para una completa descripción clasificatoria).
  • Conteo – Número de tiestos que comparten todas las otras variables en un lote. Los tiestos que podrían identificarse como pertenecientes a la misma vasija se agrupan en "vasijas" individuales para los propósitos del análisis.
  • Peso – El peso de todos los tiestos que comparten todas las otras variables en un lote.
  • Notas – Notas misceláneas, incluyendo la morfología y color del núcleo (no se discute en este informe, actualmente está bajo análisis para una completa descripción clasificatoria).

Aún continúan los análisis más completos, incluyendo a nivel de variedad y del rango de formas para cada tipo y variedad específicos.

Muestreo

Todos los lotes fueron pasados inicialmente por una criba de plástico de 1.5 cm de cuadrícula, luego fueron contados y pesados sin mayor análisis.

Todos los tiestos diagnósticos del grupo primario Alvarado fueron analizados en su totalidad (bordes, asas, bases, tapas, tiestos con pintura u otra forma de decoración, engobes de color distinto al del cuerpo de la pasta). Además, todos los tiestos que pudieran identificarse como pertenecientes a platos se analizaron. Todos los tiestos que se aislaron durante el muestreo por ser de un grupo distinto al de Alvarado también se analizaron.

De los tiestos no diagnósticos restantes (tiestos de cuerpo del grupo Alvarado sin decorar), el 15% (tomados para cada lote, números redondos) se escogieron para analizarse completamente. En el caso de los tiestos del tipo Figueroa, estos se contaron por separado, para llevar un registro del conteo completo de tiestos Figueroa en comparación con los Alvarado.

En la práctica esta estrategia tuvo como resultado un análisis completo de aproximadamente el 40% (por peso) de los tiestos del grupo Alvarado, y aproximadamente el 50% de todos los tiestos (por peso). Dado que todos los tiestos sin analizar son fragmentos de cuerpo no diagnósticos, tenemos confianza en que esta muestra es suficiente para entender la colección de Ciudad Vieja.

El Componente del Postclásico Tardío/Conquista

Grupo Alvarado:

El grupo Alvarado abarca los artefactos o vasijas de cerámica más comúnmente encontrados en Ciudad Vieja, y solamente puede ser eclipsado en todas las categorías de artefactos por los fragmentos de tejas de cerámica para el techo asociados con las estructuras construidas en estilo español. El conteo de artefactos todavía se está llevando a cabo, pero una vista preliminar de la colección sugiere que el 80+% de todos los artefactos o vasijas de cerámica recuperados de Ciudad Vieja pertenecen al grupo Alvarado.

Los siguientes tipos son parte del grupo Alvarado:

  • Alvarado–Alvarado
  • Alvarado–Oliveros
  • Alvarado–Figueroa
  • Alvarado–Peñacorba
  • Alvarado–Castellon
  • Alvarado–Arenoso

Pasta (para todo el Alvarado con excepciones mencionadas):

Descripción general: La pasta Alvarado puede dividirse a lo largo de dos ejes: densidad de las inclusiones (grosor) y color.

Inclusiones: una gran variedad de inclusiones se encuentran en los tiestos Alvarado, incluyendo pequeños fragmentos de obsidiana, de cuarzo, de tiestos molidos y pequeñas inclusiones férricas rojas, así como pequeños minerales negros sin identificar. Sin embargo, la principal inclusión es la pómez blanca volcánica. Bajo magnificación de 10x–20x, las partículas de inclusión fueron registradas en las clases de tamaño Arena Media (2.0–0.43 mm) y Arena Fina (0.43–0.08 mm) siguiendo el Sistema Unificado de Clasificación de Suelos (SUCS). La densidad de partículas en cada uno de estos rangos de tamaño se calculó a través de comparación visual con una carta de densidad.

La pasta Alvarado se dividió en dos grupos básicos (gruesa y fina) con base en la densidad de las partículas medianas de tamaño de arena. Los tiestos que presentaron un 3% o menos de partículas medianas de arena se clasificaron como Alvarado Fino, mientras que todos los demás se clasificaron como Alvarado Burdo.

Color: La pasta Alvarado puede variar de café a casi crema/blanco, pero la mayoría varía de un café claro a un amarillo rojizo, que sería considerado "bayo."

La observación de vasijas parciales y de tiestos grandes muestra que el color de la pasta Alvarado puede cambiar muy dramáticamente dentro de la misma vasija, especialmente en términos de tonos más claros u oscuros, pero también en matiz. La diferencia básica de color que se usó para clasificar la pasta Alvarado fue la presencia de un tinte rojizo. Los tiestos de Alvarado que no presentaron de manera importante un tinte rojizo o amarillento se clasificaron como Alvarado Pálido. Estros tiestos van de café muy claro a medio. Los que sí presentaron un tinte amarillento o rojizo se clasificaron como Alvarado Anaranjado. En algunos casos, anaranjado es una descripción apropiada para estos tiestos, pero en muchos otros un café amarillento es más acertado. Si bien es posible que en algunos casos la integridad de la vasija se violaría por la diferenciación de Alvarado anaranjado y pálido, algunas vasijas muestran que, aunque la pureza y valor del color cambian, el matiz básico es algo más consistente. Esto es por lo que los cambios sutiles en matiz o pureza del color se escogieron sobre más obvias diferencias en el valor. Sin embargo, a causa de estas incertidumbres, la diferenciación basada en el color está subordinada a la basada en el tamaño y densidad de las partículas de la inclusión.

Los colores más comunes (Munsell) son los siguientes:

  • Anaranjado: 5YR 5/6, 6/6
  • Pálido: 7.5YR 5/4, 6/4, 7/4; 5YR 6/4
  • Café: 5YR 4/3; 7.5YR 5/4

Tipos

Alvarado–Alvarado

Atributos generales: vasijas con un mismo engobe entre bayo a anaranjado. Amplia variedad de formas. Decoraciones geométricas pintadas en rojo en los cántaros para el agua y en vasijas para servir (principalmente platos de forma híbrida, algunos cuencos).

Pasta: Ver arriba.

Tratamiento de superficie: Típicamente alisado, bruñido o pulido. El interior de las botellas para agua (cántaros) está distintivamente arañado. La mayoría de los ejemplos probablemente tienen su propio engobe.

Decoración: Algunos cántaros (específicamente las vasijas de pálido o bayo con cuello recurvado bulboso están decoradas; una clase aparte típicamente anaranjada de cántaros "trompeta" con el cuello curvado hacia fuera no está decorada) y vasijas para servir se decoraron con diseños geométricos pintados en rojo (10R 3/6, 4/4). Los platos y los cuencos muy frecuentemente tienen líneas paralelas distribuidas de manera perpendicular al borde de la vasija (verticales en los cuencos, apuntado hacia dentro en platos horizontales). Diseños más variados aparecen en pequeñas cantidades. La mayoría de los cuencos tienen una franja roja sólida en el borde. Los cántaros se dividen en tres zonas para los fines de la decoración: el cuello (si es bulboso, véase abajo) puede tener un conjunto de líneas diagonales en zigzag rodeadas por líneas rectas perpendiculares a las anteriores. El hombro de la vasija está cubierto con un campo de pintura roja al que cruzan "canales" de superficie de la vasija sin pintar del color de la vasija, que forman motivos angulares abstractos o en volutas. El cuerpo bajo del cántaro (abajo del hombro) está casi siempre sin pintar, pero incluye franjas anchas que bajan verticalmente pintadas de rojo. Este esquema decorativo es muy parecido al de los cántaros del Postclásico temprano de Nunuapa (tipo Nunuapa Pintado de Rojo) de Chalchuapa (Sharer 1978: 60, Figura 30e: 1-3).

Figura 7. Cántaro de Alvarado–Alvarado pintado de rojo (con motivo poco común de franjas verticales, en lugar de los estandartes triangulares).

Formas: Hay una gran variedad de vasijas para almacenamiento y/o para cocinar (ollas curvadas hacia dentro, o de paredes rectas y de cuello corto; comales, sartenes llanos para freír), para el transporte (cántaros), y para servir (platos híbridos, cuencos). Los cántaros tienen asas verticales de tipo "correa," pero estas (tanto verticales como horizontales) se usan en una amplia variedad de formas. Un forma es única para el tipo Alvarado–Alvarado: el cuenco trípode de soportes zoomorfos.

Figura 8. Sartén de Alvarado–Alvarado.
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Discusión

Con base en Amaroli (1992), así como en observaciones y en el estudio de la cerámica del valle del Río Ceniza, en la región de Izalco (Kathryn E. Sampeck, comunicación personal 2002), los grupos Cuscatlán y Teshcal de Amaroli parecen tener una similitud con el grupo Alvarado. Amaroli (1992: 12-13) describió la pasta del grupo Cuscatlán como "café rojizo a café amarillento claro ('bayo'), sin núcleos, con partículas entre rojizas a negras, redondeadas y angulares, de 1 mm o menos. Densa pero no excepcionalmente dura."

El grupo Cuscatlán de Amaroli se encuentra en la misma área del centro de El Salvador que incluye a Ciudad Vieja, y otros elementos del grupo (forma, decoración) coinciden. Si bien la clasificación de arena mediana usada en la anterior descripción llega hasta 2 mm, la mayor parte de las partículas de esta clase en las cerámicas observadas están más cerca de 1 mm en tamaño. Las cerámicas del grupo Alvarado pueden presentar núcleos más claros o menos oxidados, pero este atributo no aparece en una base lo suficientemente regular como para que sea diagnóstico. Sin embargo, la descripción de Amaroli de la pasta de las cerámicas del grupo Teshcal, encontradas principalmente en la región de Izalcos, es difícil de separar de la dada para Cuscatlán. La pasta Teshcal es color "café rojizo medio hasta claro, con partículas heterogéneas oscuras, redondeadas y angulares, de 1 mm o menos" (Amaroli 1992: 15).

A partir de esta descripción parecería que las cerámicas Teshcal son tal vez poco menos amarillentas (pero todavía rojizas) que las de Cuscatlán. Ambas son generalmente bruñidas pero sin engobe. La principal diferencia más bien parece ser de forma (las vasijas de Teshcal típicamente tienen forma de cuenco) y de decoración (la durabilidad de la pintura y los motivos del diseño). La observación y el estudio de los tiestos clasificados como Teshcal por Sampeck en el valle del Río Ceniza (Kathryn E. Sampeck, comunicación personal, 2002) sugiere que aquellos materiales muestran similitudes con el Alvarado–Alvarado. Por lo tanto no parece posible en este momento hacer una diferenciación.

En general, todos estos tipos son variantes del siglo XVI de una tradición general rojo sobre bayo natural en El Salvador durante el Postclásico, que incluye al Nunuapa Red Painted (Nunuapa Rojo Pintado) del componente Matzin del Postclásico temprano de Sharer (1978) y al Marihua Red on Buff (Marihua Rojo sobre Bayo) del Postclásico tardío (Haberland 1964).

Alvarado–Castellon

Características que lo distinguen: es similar al Alvarado–Alvarado, pero muestra evidencia de estar sólidamente cubierto de engobe rojo. Tiene énfasis en formas de plato híbrido.

Alvarado–Figueroa

Características que lo distinguen: variedad más dura de la pasta del grupo Alvarado.

Pasta: Al hacer una inspección visual, parece idéntica a la pasta normal de la loza Alvarado. Sin embargo, la pasta es más dura que la del grupo Alvarado más grande, y se requiere de más fuerza para quebrarla. Cuando se quiebra típicamente no se fragmenta o se desmorona, sino que produce roturas limpias y orillas "filosas." Los tiestos campanillean o tienen sonido metálico cuando se golpean contra una superficie dura.

Forma: amplia variedad, como el Alvarado. El cuerpo es ligeramente más delgado que el de las vasijas típicas de Alvarado.

Superficie: Pulido o bruñido. Puede ser particularmente lustroso pero también relativamente mate. El bruñido puede ser en algunos casos descuidado, o ligeramente lineal, pero Figueroa no se caracteriza por bruñido lineal.

Decoración: similar a la del Alvarado–Alvarado, aunque comúnmente es menos decorado.

Discusión: La dureza puede deberse a un pulido o bruñido particularmente intenso (pero véase el Figueroa), o a temperaturas de cocción más altas. Se encuentra en otras pocas localidades dentro del sitio, pero la mayor parte del tipo apareció en la Estructura 3D2 y sus alrededores. La aparición de una forja de herrero dentro de esta estructura ha sugerido la posibilidad de que las vasijas de Figueroa pueden ser el resultado de una cocción a temperaturas más altas dentro de la forja, pero esta sugerencia requiere de adicional excavación en otras partes del sitio, y posiblemente de pruebas físicas para confirmarse.

Alvarado–Peñacorba

Características que lo distinguen: pasta dura como la de Figueroa. Bruñido lineal. Color más oscuro.

La pasta: Muy duro, aún más duro que Figueroa. A diferencia del Figueroa, el Peñacorba se separa de la población Alvarado estándar por inclinarse más hacia el color café y negro, ya sea a través de la cocción de reducción o del uso. Campanillea al golpearlo, no se desmorona, se rompe con orillas limpias y agudas.

Forma: incluye la mayoría de formas del inventario de Alvarado, pero con énfasis en vasijas utilitarias de cocina. No está claro si esta es una característica primaria del tipo, o si refleja las actividades del área donde se encontró el mismo, o ambas (ver la discusión).

Superficie: algunas superficies pueden estar altamente pulidas, pero la principal característica que distingue al Peñacorba es la intensidad de las superficies bruñidas, usualmente de tipo lineal (con algunas áreas sin bruñir entre las facetas de bruñido).

Decoración: algunas vasijas para servir están decoradas, pero el énfasis sobre vasijas utilitarias hace que la mayoría de las piezas del Peñacorba no sean decoradas.

Discusión: Si bien la cocción puede tener un papel en la dureza de la pasta de Peñacorba, el intenso bruñido también debe hacerlo. Con una o dos posibles excepciones (tiestos individuales), este tipo se encontró exclusivamente en la Estructura 6F4.  La excavación de otros basureros en Ciudad Vieja ha encontrado vasijas para cocinar en grandes cantidades, pero no del tipo Peñacorba. Esto sugiere que, aunque puede haber un elemento funcional en la presencia de Peñacorba como una loza de cocina principalmente utilitaria, la exclusiva distribución del tipo en la Estructura 6F4 podría reflejar ya sea una diferencia cronológica y/o una evidencia de producción localizada de estas vasijas para la cocina en la Estructura 6F4, o bien la existencia de una diferente ruta de distribución para las piezas cerámicas en la estructura mencionada que en las demás áreas excavadas del sitio. La forma de varias ollas de Peñacorba y el bruñido lineal muestran fuertes lazos con el tipo protohistórico Joateca de Chalchuapa, o bien podrían ser la variante local del mismo (Sharer 1978: 64-65).

Figura 9. Tiesto de borde de Alvarado–Peñacorba. Nótese el color café oscuro y las distintivas marcas de bruñido.

Alvarado–Oliveros

Características que lo distinguen: Pasta que se desmorona, con frecuencia de color café. Baja calidad de las inclusiones, pero a diferencia de las bien separadas vasijas de textura fina, la falta de inclusiones hace que estas vasijas burdamente formadas sean friables. Son de tipo utilitario, raramente decoradas. La clasificación de este tipo todavía está en proceso.

Alvarado–Arenoso

Características que lo distinguen: Puede ser variante de Alvarado–Alvarado. Tiene mayor contenido de arena y de granos de cuarzo. Las superficies se erosionan más fácilmente, y cuando se tocan con las manos dejan bastante polvo de arena. Algunos ejemplos de grandes sartenes para cocinar tienen un delgado baño o engobe rojo o anaranjado en el exterior de la vasija. De lo contrario, similar al Alvarado–Alvarado Burdo.

Posibles Tipos Dentro del Grupo Alvarado

Los siguientes tres tipos pueden ser parte del grupo Alvarado, pero algunas diferencias en la pasta nos llevaron inicialmente a una clasificación por separado.

Salvago

Características que lo distinguen: Parecido al Alvarado–Figueroa–Burdo, típicamente de color anaranjado. Sin embargo, el Salvago solamente tiene bajas cantidades de fragmentos de pómez blanca de tamaño mediano, un elemento importante de la mezcla del desgrasante del Alvarado estándar. Una gran cantidad son de vasijas tipo cántaro, pero la misma pasta puede aparecer en otras formas.

Figura 10. Cántaro de Salvago.
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Bonifacio
(Este nombre se deriva de una comunicación personal de Kathryn E. Sampeck, 2002)

Características que lo distinguen: probablemente es parte del Alvarado–Alvarado. Algunos ejemplos tienen pasta de estilo Salvago, lo cual nos llevó inicialmente a clasificarlos por separado. De lo contrario, es una variante del cántaro pintado Alvarado–Alvarado descrito arriba. Está decorado con grandes campos en rojo con un patrón de tres colores en los cántaros. Entre estos campos pintados hay canales del color claro a anaranjado de la pasta subyacente. Dentro de estos canales hay líneas medianas a delgadas pintadas de negro que corren paralelas a la orillas de los canales y los campos rojos. Parece ser análogo al Policromo Chamula del Postclásico temprano de Chalchuapa (Sharer 1978: 60).

Figura 11. Tiesto de Bonifacio Policromo.

Holguín

Características que lo distinguen: pasta fina café-negra reducida, aunque no es friable como el Alvarado–Oliveros. Vasijas utilitarias de "saco," con asas de lengüeta o pequeñas de tipo correa horizontales.

Pasta: con desgrasante fino, pero dado que la mayoría de los ejemplos están quemados o reducidos a un color café oscuro o negro, la clasificación es algo difícil. No tiene la pómez blanca mediana de la mayoría de Alvarado. No es friable como el Alvarado–Oliveros.

Color: típicamente café oscuro o negro en el exterior (7.5YR 3/2, 5YR 4/2, 5YR 3/1). El interior puede estar bien alisado de color claro o café (7.5YR 4/2, 5YR 4/2).

Decoración: Ausente

Tratamiento de superficie: el interior generalmente está alisado o ligeramente pulido. El exterior usualmente está bruñido debajo del hombro.

Formas: vasijas utilitarias de cocina de boca abierta, frecuentemente con paredes relativamente rectas (vasijas de "saco"). Las asas pequeñas de lengüeta o de correas horizontales se localizan debajo del borde.

Discusión: Muy similar a las vasijas Pantaleón en Caluco, de finales del siglo XVI en el oeste de El Salvador (Verhagen 1997; Kathryn E. Sampeck, comunicación personal, 2002).

Grupos que no pertenecen al Alvarado

Loza Fina Gris

Características que la distinguen: pasta extremadamente fina, color gris a café. Superficies altamente pulidas y lustrosas. Cuencos de paredes curvadas hacia dentro, posiblemente con soportes trípodes.

Pasta: Extremadamente fina gris, gris oscuro o café. El desgrasante es completamente fino en tamaño, y en algunos casos prácticamente no existe. Los núcleos pueden ocupar gran parte del cuerpo de arcilla.

Forma: Los cuencos curvados o ligeramente curvados hacia dentro son la única forma de este grupo. No hay asas, lengüetas o salientes. El ejemplo más completo tiene cicatrices de los soportes trípodes, pero no hay evidencia acerca del tamaño o forma de estos últimos.

Tratamiento de la superficie: extremadamente bien pulida en el interior y el exterior, con una calidad ligeramente rayada cuando se refiere a la variación de color en la vasija. Algunos ejemplos tienen manchas del quemado en la parte baja del interior y del exterior de la vasija, pero no sabemos si esto se debe a que el objeto fue colocado sobre un fuego.

Decoración: Ausente.

Discusión: este es uno de los principales grupos que no son parte del Alvarado en Ciudad Vieja. Está presente en cantidades pequeñas pero persistentes en la mayor parte de las excavaciones. William Fowler y Howard Earnest (comunicación personal) sugieren un potencial parecido con la tradición de cuencos grises de Oaxaca (Fowler) o posiblemente de Puebla (Earnest). Parece haber alguna similitud general en lo tocante a la forma para los cuencos del Postclásico tardío (ver a Markens 2004 para los cuencos trípodes de loza gris de la fase Chila), pero a través de comunicaciones personales con arqueólogos que trabajan en Oaxaca (Joyce Marcus, comunicación personal, 2003) esta idea ha sido rechazada. En este momento las potenciales conexiones con otras regiones de Mesoamérica deben esperar mayores análisis. Si los cuencos Gris Fino son eventualmente ligados a otra región, una posible explicación para su presencia puede darse por la ubicación de tropas auxiliares de mexicanos en Ciudad Vieja. Todas las vasijas son cuencos de tamaño mediano, un poco curvados hacia dentro en la mayoría de los casos. Unos pocos ejemplos sugieren el posible uso sobre el fuego, pero estos cuencos también serían bastante apropiados para servir y consumir comida. Tal vez estas vasijas fueron un tipo de loza de comedor para los guerreros en movimiento durante una campaña a larga distancia, que servían una función doble como vasijas para cocinar y para comer para los hombres mexicanos que se preparaban sus propios alimentos, quienes no tenían deseos de llevar un complemento más grande de vasijas para preparar comida.

Figura 12. Cuenco de loza Gris Fino. Este es el único ejemplo trípode conocido.

Usagre

Características que lo distinguen: Paredes de la vasija gruesas (alrededor de 1 cm). Pasta gris a ligeramente amarillenta (no es igual a la de los cuencos de Gris Fino). Desgrasante principalmente de cuarzo y de pómez. Asas gruesas de lazo. Ollas o botellas utilitarias. Núcleos gruesos color gris oscuro.

Pasta: la pasta propiamente parece más fina y densa que la de Alvarado, también se erosiona más fácilmente. El desgrasante puede ser fino o burdo, principalmente de cuarzo y de pómez, no es la más variada mezcla del grupo Alvarado. Las paredes de la vasija son gruesas, típicamente alrededor de 0.75 cm, pero oscilan entre 0.57–1.78 cm (10 ejemplos). Aproximadamente una cuarta parte (11 de 45 ejemplos) tiene un núcleo grueso color gris oscuro (10YR 4/1, 5/1). El color de las vasijas generalmente está entre gris claro y blanco sucio, con alguna sugerencia de amarillo en algunos pocos casos (10YR 5/4, 6/3, 6/4, 6/6, 7/2, 7/3, 7/4, 7/6, 8/1, 8/2, 8/3, 8/8).

Forma: solamente un borde (borde 1340) fue encontrado para este tipo, una vasija abierta casi plana con borde ahusado (Forma de Borde 722) con un diámetro de orificio de 28 cm.  Sin embargo, los tiestos de cuerpo encontrados indican que la mayoría de las vasijas de Usagre tenían cuerpos globulares curvados hacia dentro. Se encontraron cinco asas, dos de lazo y tres de correa. Si bien no se han encontrado fragmentos de cuello, una cuarta parte (11 de 45 ejemplos) están raspados en el interior, un rasgo asociado con los cántaros o botellas para el agua en Ciudad Vieja. Otros dos ejemplos tienen interiores burdos sin alisar.

Tratamiento de superficie: el exterior generalmente está pulido (21 ejemplos), alisado (12 ejemplos) o bruñido (6 ejemplos). Las superficies interiores se dividen en tres categorías: raspadas (11 ejemplos), pulidas (11 ejemplos) y alisadas (8 ejemplos).

Decoración: una vasija tenía un baño anaranjado claro aplicado al interior y exterior de la pieza, y otra tenía restos de pintura roja en el exterior, pero por otra parte las superficies no tienen engobe ni pintura.

Discusión: el análisis preliminar sugiere un posible vínculo con uno de los tipos especiales minoritarios de Sharer (1978: 75), el Burdo-sin engobe, del componente Ahal en Chalchuapa, del Postclásico tardío-Protohistórico.

Figura 13. Vasija de Usagre.

Bermúdez:

Características que lo distinguen: pasta fina suave anaranjada. Típicamente se encuentran completamente cubierto de engobe rojo.

Pasta: con desgrasante fino, no tiene las inclusiones de toba o pómez de tamaño mediano del grupo Alvarado. La pasta es anaranjada, muy suave y se erosiona fácilmente. Por lo menos en un caso el núcleo de cocción ocupa casi todo el cuerpo, siendo gris oscuro en una mitad de la vasija, mientras que en la otra la pasta es de color anaranjado fuerte.

Forma: principalmente platos colono (Italianizado, así como dos platos de Morisco). Dos ejemplos de cuenco con borde de concha, también influenciados por cerámicas y por el cristal europeos. Soporte pedestal (posiblemente para una taza, pero también podría ser una imitación de platos con soporte y platos de la tradición de mayólica italiana). Aplicaciones exteriores de protuberancias. Cuenco. Vasija con asas, probablemente botella u olla con cuello (formas H2, H13 vertical).

Tratamiento de la superficie: usualmente se cubren el interior y el exterior con un engobe rojo grueso y suave, que puede estar bruñido o pulido especialmente, pero en otros casos simplemente se aplicó sin ningún tratamiento posterior. En algunos casos el exterior no tiene engobe, aunque después del pulido el color anaranjado fuerte de la pasta, una vez pulido o bruñido, puede ser difícil de distinguir del engobe interior durante la observación inicial.

Decoración: típicamente engobe rojo sin decorar. Un ejemplo tiene lo que podría ser un patrón de pintura al negativo de líneas perpendiculares al borde interior del plato colono. Un ejemplo tiene dos líneas negras horizontales.

Figura 14. Plato de loza colono Bermúdez.

Discusión: Aparte de los cuencos de Gris Fino, esta es la única otra loza importante en Ciudad Vieja que no pertenece a Alvarado. Parte de la tradición de cuencos rojos del Postclásico en El Salvador (Cihuatán, Izalco) parece estar relacionada con el tipo postclásico (y posiblemente protohistórico) de Guajoyo Rojo-café de Chalchuapa (Sharer 1978: 62-63) y al García Rojo de la fase Guazapa del Postclásico temprano en el centro de El Salvador (Fowler 1981: 163-178). Fue clasificada por Sampeck (comunicación personal, 2002) como Teofilo (Verhagen 1997), pero hay algunas importantes diferencias en pasta y engobe. Los bordes de cuencos en forma de concha y su presencia en Caluco sugieren la posibilidad de que este pueda ser un grupo un tanto posterior al Alvarado, pero es igualmente plausible que tanto Alvarado como Bermúdez tengan fecha correspondiente a toda la ocupación de Ciudad Vieja, y que Bermúdez simplemente floreció más, ya sea en el oeste o en tiempos posteriores.

Catalina Rojo sobre Blanco:
(Derivado de Verhagen 1997 y Kathryn E. Sampeck, comunicación personal, 2002)

Características que lo distinguen: pasta color rojo ladrillo, interior con engobe blanco, crema, o color tostado claro, exterior con engobe color tostado. Franja roja amplia en el borde. Diseños geométricos rojos.

Pasta: típicamente, aunque no siempre, pasta de color rojo ladrillo (la excepción es café claro), relativamente fina.

Forma: cuencos abiertos o platos hondos.

Tratamiento de superficie: interior con engobe crema/blanco o color tostado claro. El exterior tiene engobe ya sea crema/blanco o color tostado. El engobe blanco/crema puede ser un rasgo más temprano, que se vuelve menos común con el paso del tiempo, especialmente durante y después de la Conquista. Usualmente está pulido sobre ambas superficies, o bien está alisado.

Decoración: Franja amplia color rojo de orillas limpias en el interior y exterior del borde. De los materiales de Ciudad Vieja, la decoración es difícil de describir más allá de decir que es roja geométrica. Sin embargo, la comparación con los materiales de Sampeck del oeste de El Salvador muestra diseños más detallados (incluyendo grecas escalonadas y volutas) que los del grupo Alvarado.

Discusión: en el trabajo de Kathryn Sampeck en la región de Izalcos (tipo definido como parte de este trabajo, Sampeck, comunicación personal, 2002), parece que Catalina es el precursor del grupo protohistórico Teshcal (Amaroli 1992). Dadas las obvias similitudes entre Teshcal, el grupo Cuscatlán como lo definió Amaroli (1992) y el grupo Alvarado, Catalina presumiblemente tiene una relación ancestral con todas estas tradiciones postclásicas (Haberland 1964) y protohistóricas rojo sobre bayo. Sin embargo, los escasos dos tiestos de Catalina Rojo sobre Blanco encontrados en Ciudad Vieja sugieren que podría ser una loza aislada de comercio o para llevar.

El Componente del Postclásico Temprano

Además del componente primario del Postclásico tardío/Contacto, hay una poca cantidad de tiestos de fecha del Postclásico temprano (Cobos 1994: 74-85) que se han encontrado en contextos aislados, incluyendo Policromos Nicoya con engobe blanco, Las Lajas y Plomizo Tohil, todos los cuales son parte del complejo cerámico Guazapa del Postclásico temprano definido por Fowler (1981: 117-269) en Cihuatán, El Salvador. Sin embargo, hasta la fecha no se han encontrado los depósitos que fechan dentro de este periodo en Ciudad Vieja.

El Componente Tardío o Postcolonial

Los comales masivos toscamente formados y de borde en forma de "coma," así como las vasijas para tamizar el azúcar, se encuentran principalmente en la superficie de Ciudad Vieja, aunque también ocasionalmente en contextos de excavación. Actualmente se sigue elaborando la clasificación de estos tiestos, pero ya se encuentran clasificados como un tipo del siglo XIX o XX llamado Telesforo en el oeste de El Salvador (Sampeck, comunicación personal, 2002). Las gruesas paredes de estas vasijas (típicamente más de 1 cm, o sea el doble o más del grosor promedio de las vasijas protohistóricas) facilitan relativamente la identificación.

Clasificación de Tipos: Discusión

En general, la mayor parte de la cerámica de Ciudad Vieja no se separa demasiado de la del Postclásico temprano o tardío, con lazos a grupos definidos en Chalchuapa, en Cihuatán, y en otras localidades en el centro y el oeste de El Salvador. Como sería de esperarse en una ciudad colonial española, las formas rituales como incensarios han desaparecido casi en su totalidad. También se ha ido cualquier influencia del estilo artístico pan-mesoamericano de Mixteca-Puebla que en algunos casos define al periodo Postclásico como horizonte arqueológico. Las obras de arte que muestran figuras animales o humanas también desaparecen, con la posible excepción de soportes zoomorfos abstractos para los cuencos trípodes. Los molcajetes también se han esfumado del inventario de cocina, algo difícil de explicar dada la fuerte influencia indígena en la cultura doméstica.

Algo un tanto más sorprendente es la importancia de las lozas indígenas para servir y otras lozas decoradas en todas partes de Ciudad Vieja. Como también se ha observado en menor grado en la Ciudad de México del siglo XVI (Rodríguez-Alegría, Neff, and Glascock 2003), las cerámicas indígenas mantuvieron su importancia en Ciudad Vieja, en lo que se consideraba un centro de conquista española. Este punto se examina con mayor detalle abajo, en la sección sobre platos híbridos del tipo colono.

La Cerámica Española en Ciudad Vieja

Ollas para Aceitunas

Se han encontrado en Ciudad Vieja 560 fragmentos (que se ajustaron a 475 posibles vasijas individuales) de ollas para aceitunas españolas. Aunque los conteos cerámicos todavía no se han completado, es de dudarse que las ollas para aceitunas constituyan más del 2% del conjunto total de cerámica de Ciudad Vieja, una extremadamente baja cantidad para un típico sitio español colonial. Las ollas para aceitunas se consideran un rasgo común de los sitios españoles coloniales, que se desechaban después de transportar líquidos o sólidos granulares de los barcos a la tierra. Con una excepción, todos los bordes de ollas para aceitunas en Ciudad Vieja pertenecen al estilo temprano de Goggin (1960) (ver también Marken 1994: Fig. 4.1), que fue reemplazado por ollas de estilo medio con cuello de dona en las colonias españolas para 1580, o tal vez desde la década de 1560 (James 1988: 59). La única excepción puede ser una olla para aceitunas muy tardía, que tal vez corresponde al siglo XIX, durante la ocupación de Ciudad Vieja asociada con la Hacienda La Bermuda.

Las paredes de las vasijas de tipo olla para aceitunas en Ciudad Vieja miden en promedio 0.65 cm de diámetro, justo por debajo y correspondiendo con el grosor aproximado de 0.7 cm de las ollas de estilo temprano de Goggin (1960: cuadro 8), pero contrastando con las ollas de estilo medio que miden 1.0–1.2 cm de grosor. Desgraciadamente, aunque se encontraron fragmentos grandes, ninguno es muy informativo sobre la forma. No se han encontrado asas de ollas para aceitunas en Ciudad Vieja, y solamente una posible cicatriz de asa en un tiesto de cuerpo (que no viene de contexto de excavación controlada). Goggin (1960) enfatizó las asas como distintivas de las ollas de estilo temprano, mientras que Marken (1994) no hizo lo mismo.

Cerca de la mitad de los fragmentos de ollas para aceitunas se encontraron en la Estructura 3D2, un posible mercado ubicado en la orilla sur de la plaza principal, y representan el 4% (en peso) del conjunto total de cerámica en esa localidad. Las cantidades son considerablemente menores en otros contextos excavados, lo cual sugiere que las ollas para aceitunas pudieron haberse descartado en cantidades cerca de los mercados centrales o de las tiendas, aunque no se usaron de manera sustancial para transporte o almacenamiento dentro del resto del sitio.

Por sus rasgos cronológicos, los especimenes de ollas para aceitunas colocan a la principal ocupación de Ciudad Vieja en los inicios o mediados del siglo XVI.

Mayólica

Se encontraron en Ciudad Vieja 33 fragmentos de mayólica. La influencia de la mayólica sobre las tradiciones cerámicas indígenas se discute detalladamente en la sección sobre platos híbridos. Sin embargo, la cantidad real de mayólica es muy pequeña.

Se encontraron en Ciudad Vieja cinco fragmentos de Caparra Azul, un tipo del siglo XVI utilizado para ollas de medicina (Deagan 1987: 62-63; Goggin 1968: 134-135). También pertenece al periodo colonial temprano una pequeña asa de lengüeta encontrada en una escudilla del tipo Columbia Plain (Goggin 1968: 122-123), uno de nueve fragmentos de este tipo (ver la Figura 15.)

El otro tipo importante de mayólica identificado en Ciudad Vieja es el Sevilla Blue-on-White (Sevilla Azul sobre Blanco), que está presente en dos fragmentos de platos. Como se discute en la sección sobre platos híbridos, este tipo generalmente se asocia con los finales del siglo XVI, pero se encuentra en la Ciudad de México desde tiempos tan tempranos como 1530 (Lister y Lister 1982).

Figura 16. Fragmento de mayólica Sevilla Azul sobre Blanco.

Platos Híbridos Producidos Localmente: Un Análisis a Fondo de la Loza Colono de Ciudad Vieja

Los vecinos españoles de San Salvador adoptaron a las cerámicas indígenas dentro de sus vidas sin muchos problemas. La cerámica con claros lazos con las tradiciones alfareras del periodo prehispánico Postclásico domina todos los contextos arqueológicos de Ciudad Vieja. Pero en el caso de las vasijas para servir, también vemos la influencia de los nuevos colonos. El principal tipo de vasijas para servir encontrado en Ciudad Vieja es un plato color bayo o anaranjado de cocción a baja temperatura, sin vidriado y con borde, que con frecuencia está pintado en rojo con motivos que recuerdan el periodo prehispánico. Esta forma copia fielmente la de los platos importados de mayólica, mientras que también preserva elementos tecnológicos y de otro tipo de las tradiciones cerámicas prehispánicas de los pipiles. Este fenómeno de la adopción estilística de rasgos cerámicos europeos por parte de alfareros indígenas americanos ha sido registrado en otros sitios coloniales en el hemisferio occidental, generalmente esta cerámica es llamada loza colono. La más común hipótesis sobre estas vasijas es que son una respuesta de los indígenas a la escasez de cerámica importada que deseaban los colonos europeos (Vernon 1988). Un enfoque más reciente, que es menos obvio, sugiere que las vasijas de tipo colono de alguna manera son indicativas de la aculturación indígena a la sociedad colonial dominada por los europeos.

Figura 17. Plato de loza colono.

Tradicionalmente las mujeres mesoamericanas fueron las principales creadoras de vasijas de barro hasta la adopción del torno de alfarero y de otras técnicas europeas (Reina y Hill 1978). Sabemos que por lo menos algunas mujeres indígenas se mudaron a San Salvador desde otras partes de Mesoamérica, como parte de familias que incluían a hombres españoles. Es posible suponer que algunas de estas mujeres pudieron haber sido las creadoras de platos híbridos con borde. Sin embargo, aparte de la suposición básica de que la mayoría de los inmigrantes hacia Ciudad Vieja eran hombres de las tropas auxiliares, y de que muchas de las mujeres que vivían en San Salvador eran pipiles locales, el motivo decorativo más común (ver la Figura 18) pintado sobre estos platos híbridos es similar a los diseños pintados sobre los cuencos para servir del Postclásico en el centro y oeste de El Salvador (Verhagen 1997: Figura 7.1). Estos grupos de líneas paralelas conectadas por una línea perpendicular se encuentran en cuencos del tipo Catalina Rojo sobre Blanco de la región de Izalcos del oeste de El Salvador (un ejemplo ha sido encontrado en Ciudad Vieja), y un patrón similar de franjas verticales está pintado sobre la parte interior de varios cuencos sencillos encontrados en Ciudad Vieja. Esto indicaría que los platos híbridos con borde fueron clasificados como "cuencos para servir" por la primer generación de alfareros pipiles coloniales.

Esto no debería sorprendernos, ya que estas vasijas típicamente son más abundantes que los cuencos sencillos por un factor de 2:1 o de 3:1 en casi todos los contextos excavados en Ciudad Vieja, y se encuentran asociadas con todas las estructuras excavadas. La Estructura 3D1, que está localizada cerca del centro de San Salvador, y que es notable por tener dos juegos de losas de piso de diferentes tamaños y una alta incidencia de cerámica española importada (incluyendo grandes cantidades de fragmentos de ollas para aceitunas, uno de mayólica Columbia Plain y una olla para medicina del tipo Caparra Blue), tiene el mayor porcentaje de platos con borde asociados, que constituyen el 29% de las vasijas con forma identificable. El segundo mayor porcentaje de platos híbridos con borde (23%) viene de la Estructura 2F1, el mejor candidato en Ciudad Vieja para ser un hogar indígena, ya que está localizado en las afueras del pueblo y no tiene arquitectura o cerámica españolas, igualmente tiene muy pocos artefactos de hierro y una fuerte evidencia de producción de textiles con malacates (casi con seguridad llevada a cabo por una mujer mesoamericana). Solamente en las estructuras 6F1 y la 5E2 sucede que los cuencos de loza para servir son más numerosos que los platos híbridos. En promedio, constituyen aproximadamente el 17% de las vasijas de cerámica en un conjunto determinado.

Cuadro 1.  Ocurrencia de platos híbridos de tipo colono en los conjuntos
de las estructuras de Ciudad Vieja
Estructura Plato %
del conjunto
total
Cuencos de loza para
servir: % del
conjunto
total
Platos %
de las vasijas
para servir
Comentarios sobre el contexto
3D1 29% 9% 76% Arquitectura española (incluyendo distintos conjuntos de losas de piso), alta incidencia de ollas para aceitunas
2F1 23% 5% 82% Hogar indígena, sin arquitectura ni cerámica españolas, posible producción de textiles
6F2 22% 9% 71% Arquitectura española, forja de hierro, gran depósito de basura
6F4 14% 5% 74% Arquitectura española, sin tejas para el techo, cocina y basurero, mano de obra indígena
6F3 14% 6% 70% Horno de tierra cocida
3D2 13% 6% 68% Arquitectura española, forja de hierro, basurero de cocina
6F1 12% 15% 44% Arquitectura española, incluye piso de mosaico, bases de columna esculpidas
5E2 9% 18% 33% Arquitectura española

La mayor parte de las cerámicas en Ciudad Vieja pertenecen a los grupos Alvarado y Bermúdez (aunque los platos de Bermúdez solamente forman una pequeña porción de la población total de platos, constituyen un alto porcentaje de las vasijas Bermúdez), descritos arriba. Aunque claramente están relacionados con los grupos cerámicos inéditos protohistóricos de Cuscatlán y de Teshcal designados por Paul Amaroli (1992), el conjunto cerámico de Ciudad Vieja contiene una gama más amplia de formas, especialmente platos híbridos para servir con borde que no fueron reportados por Amaroli ni por otros autores que estudiaron el periodo Protohistórico-Colonial de El Salvador. Las cerámicas de Alvarado también parecen estar relacionadas con el tipo postclásico Marihua Rojo sobre Bayo de Haberland (1964), aunque las líneas pintadas de Marihua son más anchas y están menos cuidadosamente hechas que las de las cerámicas de Alvarado.

Además, 17 fragmentos de plato híbrido (2.8% de todos los platos) pertenecen al grupo Bermúdez de engobe rojo y pasta fina anaranjada.

Metodología

En total 618 fragmentos de platos se clasificaron en más detalle que la clasificación estándar del tipo, en particular a través del uso de cuatro zonas distintas que conforman el cuerpo del plato. Para cada una de estas zonas se registraron la forma, el grosor y cualquier diseño pintado. Además, el diámetro del orificio, el ancho del borde, el diámetro y la profundidad de la concavidad se registraron cuando fue posible.

La Zona A consiste en el labio o borde de la vasija. 393 ejemplos pudieron clasificarse por forma en la Zona A (64% de todos los platos). La forma, el grosor y el diseño del motivo pintado o del engobe se registraron para la Zona A.  La forma se clasificó en una de 22 diferentes categorías según el perfil (de la A1 a la A24).

La Zona B consiste en el área de un plato entre el borde (excluyendo el labio, que es parte de la Zona A) y la arista (la "esquina" donde el ala se junta con la concavidad; Lister y Lister 1975: 18). En otras palabras, la Zona B es el borde (también conocido como ala) de un plato con borde. La forma se clasificó dentro de 13 variantes de categorías de perfil (de la B1 a la B13). La forma del borde pudo clasificarse para 482 platos (78% del total de platos), lo que la convierte en la sección del plato más comúnmente identificada.

La Zona C consiste en la zona pequeña y algo vertical entre la arista y la base del plato. Esta zona pudo clasificarse en 247 casos (40% de todos los platos), usando 19 categorías de forma (de la C1 a la C19). Dos medidas adicionales se hicieron en este lugar. La primera es la altura exterior desde el punto interior de la arista hasta el fondo de la base del plato (llamada CHE en la Figura 19, abajo). La segunda medida tomada en esta zona fue el diámetro horizontal de la concavidad del plato. En la mayoría de los casos, esto fue calculado usando las mismas tablas de diámetro de orificio que se emplearon para determinar el diámetro del orificio de la vasija.

La Zona D consiste en la base de la vasija. La morfología de la base solamente pudo determinarse en 93 de 618 platos (15%). Las bases de los platos se clasificaron en tan sólo nueve categorías de formas (de la D1 a la D9). La profundidad de la concavidad se registró aquí (la distancia vertical entre la parte más alta de la juntura de la Zona C y el interior de la base, llamada DHI en la Figura 19).

Las variables de tipos de clasificación, de tratamiento de superficie y de peso, aplicadas a todos los tiestos cerámicos en la colección de Ciudad Vieja, se registraron para cada caso.

Figura 19. División esquemática para zonas de estudio y medidas de platos de loza colono de Ciudad Vieja.

Forma

La característica que obviamente define al los platos híbridos del grupo Alvarado es la forma. Aunque se produjeron platones llanos y cuencos, así como algunas vasijas trípodes en Mesoamérica antes del contacto con los europeos, el plato con borde no parece tener antecedentes indígenas. Los antecedentes más cercanos para la forma del plato de Alvarado son las vasijas con vidriado de estaño de la mayólica española y la italiana. Los alfareros cristianos de Europa empezaron a apropiarse de esta técnica de los artesanos musulmanes en el siglo XIII, mientras que estos últimos estaban a su vez copiando a la porcelana china (Carnegy 1993: 12; Lister y Lister 1987; Poole 1997) (ver la Figura 20).

Los alfareros pipiles que hicieron los platos híbridos estaban bien familiarizados con el tema original. El análisis detallado de la forma de las vasijas por sección, en comparación con la información publicada sobre mayólica española e italiana del siglo XVI, revela que los alfareros indígenas que hicieron los platos de Alvarado tenían un agudo ojo para captar la variación dentro de las formas cerámicas europeas. La tradición morisca de mayólica como la Columbia Plain (Columbia Sencillo) frecuentemente es la más común mayólica que se encuentra en los sitios coloniales españoles del siglo XVI, aunque su forma está poco representada en los platos híbridos de Alvarado. Cinco de los platos híbridos (el 0.8% de la colección total) tienen el distintivo cuerpo grueso, la forma curva y el bajo rompimiento como cresta o reborde entre el "ala" y la "concavidad" del plato. Estos ejemplos no tienen los diseños geométricos comunes a las vasijas del grupo Alvarado, sino más bien presentan engobe rojo en parte o en toda la pieza. Dos de los cinco son cerámica del grupo Bermúdez, uno tiene un borde ligeramente en forma de concha. Varios fragmentos pequeños de mayólica del tipo morisco más común (Columbia Sencillo) han sido identificados en Ciudad Vieja.

La gran mayoría de platos son de paredes delgadas y con bordes, siguiendo la tradición italiana. Los alfareros italianos y su tecnología empezaron a llegar a Sevilla en el siglo XVI, y para mediados del siglo los platos de estilo italiano eran un producto importante en Andalucía (Pleguezuelo y La Fuente 1995: 237-240). Los platos de loza sevillana producida en España, siguiendo la tradición italiana, son poco comunes en las Américas durante la ocupación históricamente registrada de Ciudad Vieja, pero sí están presentes alrededor de 1530, particularmente en la ciudad de México (Deagan 1987; Lister y Lister 1982).

Figura 21. Las cuatro combinaciones de forma más comunes de B-C en los platos híbridos de Ciudad Vieja.

Un análisis de los platos híbridos de Ciudad Vieja (Card 2005), en comparación con la mayólica europea del siglo XVI, muestra muy cercanas similitudes en forma con la mayólica italiana contemporánea a la ocupación históricamente documentada de Ciudad Vieja (Lessmann 1979; Watson 1986). Varias de estas formas se caracterizan en parte por un borde horizontal plano. Aunque no se ha encontrado ninguna pieza de mayólica italiana en Ciudad Vieja, hemos encontrado dos ejemplos de mayólica española de estilo italiano, del tipo Sevilla Azul sobre Blanco. Parece seguro que los alfareros indígenas que produjeron las vasijas híbridas estaban manejando platos de mayólica originales importados de Europa. Además, si bien la mayólica morisca es un tanto más común que la italiana en Ciudad Vieja, más del 95% de los platos híbridos tienen las formas italianas, más nuevas y de estilo más refinado. Las formas italianas, no las moriscas, también dominan la producción de los alfareros de mayólica española en la Ciudad de México, a partir de la última parte de la ocupación de Ciudad Vieja (Lister y Lister 1982), aunque debe señalarse que no tenemos evidencia de mayólica mexicana en Ciudad Vieja.

Decoración

Los platos híbridos del grupo Alvarado son sin decoración o decorados con diseños geométricos pintados en rojo sobre pasta color anaranjado o bayo, o superficies color anaranjado o bayo con un mismo engobe. Los platos híbridos del grupo Bermúdez por definición tienen engobe rojo, y generalmente son monocromáticos (aunque un ejemplo estaba decorado con un motivo de "pi diagonal" de dos tonos). La zona más importante para la decoración pintada en los platos híbridos es el borde ancho.

Los cuatro motivos decorativos más comunes en el borde incluyen los rasgos siguientes:

  • Sin decoración identificada, 18% de todos los platos (45% de los diseños identificables).
  • "Pi diagonal" (ver la Figura 18), 12% de todos los platos (30% de los diseños identificables). Este diseño parece ser una adaptación de diseños geométricos aplicados a los cuencos pipiles de antes del contacto y a los del grupo Alvarado posteriores al contacto. El diseño original "con franjas" que aparece en cuencos de Ciudad Vieja, se encuentra en el tipo Catalina Rojo sobre Blanco, que es anterior al contacto (del Postclásico) del oeste de El Salvador (Verhagen 1998), al igual que en el grupo inédito protohistórico Cuscatlán de Amaroli.
  • Engobe rojo sólido en 8% de los platos (20% de todos los diseños identificables). Todos los cinco platos híbridos de estilo morisco tienen engobe rojo, y no mostraron ninguna otra decoración. Aunque el número de la muestra es pequeño, esta diferencia claramente distingue a los platos híbridos de estilo morisco de los platos híbridos italianos en cuanto a su decoración, al igual que su forma.
  • Peines con picos o triángulos (ver la Figura 22), 2% de todos los platos (5% de los diseños identificables); también presentes en cántaros de cuello abultado. Entre los platos, este diseño solamente aparece en bordes cóncavos (siete ejemplos, dos en platos B4, cinco en platos B6).

Esta decoración liga a los platos híbridos no solamente con los contemporáneos cuencos pintados y cántaros en el conjunto cerámico de Ciudad Vieja, sino también con una tradición más profunda representada en El Salvador del Postclásico por el tipo Marihua Rojo sobre Bayo, y posiblemente con las migraciones de pipiles desde México (Fowler 1989: 32-49). No hubo ningún intento de adoptar diseños pintados o tecnologías de los europeos, solamente la forma.

Tecnología

Desde el punto de vista de la tecnología, los platos híbridos del grupo Alvarado son totalmente indígenas. No hay evidencia para el uso del torno de alfarero. Ninguno de los platos híbridos del grupo Alvarado fue vidriado. Las técnicas indígenas de tratar la superficie utilizadas para construir platos colono incluyeron las siguientes: alisado, bruñido y bruñido lineal (que deja 'rayas' sin bruñir entre las facetas o marcas del bruñido).

Como se mencionó arriba en la discusión de la forma, el borde es la variable más sensitiva y útil para clasificar a los platos híbridos. En el cuadro 2 (abajo) se muestra la relación entre la forma del borde y el tratamiento dado a la superficie interior. Las superficies interiores se dividen en términos generales entre lisas sin lustre y pulidas con lustre, con unos pocos ejemplos bruñidos. Los platos de borde plano (B9 en la Figura 21) fueron más probables de pulirse en la superficie interior que los de borde cóncavo. Este patrón también se observa en el exterior, pero es menos confiable estadísticamente.

Cuadro 2.  Formas comunes de borde de plato comparadas con el tratamiento de la superficie interior
(df = 8, c2 = 13.804, p = 0.087)
Forma de Borde Alisado Alisado % Pulido Pulido % Bruñido Bruñido %
B2 39 52.7% 31 41.9% 4 5.4%
  Esperado 34.38   35.63   3.99  
  c2 0.620   0.602   0.00  
B3 13 50% 9 34.6% 4 15.4%
  Esperado 12.08   12.52   1.40  
  c2 0.070   0.989   4.824  
B4 22 48.9% 22 48.9% 1 2.2%
  Esperado 20.91   21.67   2.42  
  c2 0.057   0.005   0.837  
B6 34 50% 30 44.1% 4 5.9%
  Esperado 31.60   32.74   3.66  
  c2 0.183   0.229   0.031  
B9 30 35.7% 51 60.7% 3 3.6%
  Esperado 39.03   40.44   4.53  
  c2 2.089   2.755   0.514  
 
Total 138 46.5% 143 48.1% 16 5.4%

El aislamiento de los platos de borde plano del resto de la población de platos híbridos también se extiende a la separación de la pasta y el desgrasante.

Cuadro 3.  Formas comunes de borde de plato comparadas con el grosor de las inclusiones
(df = 4, c2 = 10.740, p = 0.03)
Forma de Borde Burdo Burdo %
(todos los tipos)
Fino Fino %
(todos los tipos)
B2 68 69.4% 24 24.5%
  Esperado 67.2   24.8  
  c2 0.009   0.026  
B3 29 85.3% 3 8.8%
  Esperado 23.37   8.63  
  c2 1.354   3.669  
B4 33 70.2% 13 27.7%
  Esperado 33.6   12.4  
  c2 0.011   0.029  
B6 65 75.6% 18 20.9%
  Esperado 60.63   22.37  
  c2 0.315   0.854  
B9 76 60.3% 42 33.3%
  Esperado 86.19   31.81  
  c2 1.206   3.267  
 
Total 271 61.9% 100 22.8%

En todos los casos la mayoría de los platos (como la mayoría de la cerámica de Ciudad Vieja) tienen desgrasante grueso, pero los platos de borde plano (B9) fueron mejor separados que los de otras formas. Por el contrario, los platos cóncavos de ángulo inclinado y borde rara vez tenían el desgrasante finamente separado. Esta variación es todavía más significativa estadísticamente que el tratamiento de superficie, con un valor p de 0.03.

Con excepción de los platos híbridos de estilo morisco (todos los cinco que tienen engobe rojo), no hay variaciones importantes de color de superficie sobre la forma del borde; aproximadamente el 75-85% de los platos cuentan con una superficie clara cuando esta pudo detectarse. Las superficies anaranjadas (10%) y cafés (4%) parecen diferenciarse de las claras a causa de variaciones en la cocción, o en algunos casos las superficies son compactadas y más oscuras a causa del bruñido. Las superficies con engobe rojo se encuentran en 6.1% de los platos híbridos no moriscos.

Implicaciones para la Ocupación Indígena de San Salvador y para el Cambio Cultural en el Siglo XVI

Una explicación común para la adopción de formas europeas por parte de los alfareros indígenas en la América española es la de la escasez (Charlton y Fournier-García 1993; Vernon 1988: 79). Los colonos españoles, tratando de reproducir algunos elementos de la vida doméstica que habían conocido en Iberia, dirigieron a los alfareros locales para que intentaran lo mejor posible producir vasijas para servir que les recordaran a la difícil de conseguir mayólica europea. En algunos lugares, como los sitios de misión (Vernon 1988; Weisman 1992) o los fuertes (Bense y Wilson 2003) en la Florida española, esta explicación sí parece funcionar. En estos sitios, los platos híbridos y otras vasijas son significativamente más comunes en los basureros y en otros contextos asociados con la arquitectura española, que en las cercanas zonas residenciales de los indígenas. Sin embargo, este no es el caso en Ciudad Vieja, donde los platos híbridos se encuentran en grandes cantidades por todo el sitio, tanto en depósitos residenciales que se piensa fueron españoles como en los indígenas. Puesto que pensamos que una cantidad sustancial de habitantes de Ciudad Vieja eran indígenas de Mesoamérica, particularmente los que vivían en la Estructura 2F1, Ciudad Vieja no apoya la hipótesis sugerida para las lozas colono producidas por los indígenas en otros sitios en la región del Caribe: que tales vasijas fueron producidas principalmente para españoles deseosos de una cultura material familiar pero fuera de su alcance.

Más bien pensamos que, si bien los colonos españoles pudieron haber sido el impulso inicial o "mercado" para esta nueva forma, parece también haber sido adoptada por los habitantes indígenas de San Salvador, pero solamente dentro de este territorio. En otros lugares dentro de los antiguos reinos pipiles de Izalco y Cuscatlán, las vasijas híbridas con borde no aparecen, incluso en los conjuntos donde el resto del inventario cerámico claramente está relacionado al de Ciudad Vieja (Amaroli 1992). Los cuencos de labio en forma de concha y con desgrasante rojo, inspirados por vasijas contemporáneas de mayólica o de vidrio, fueron empleados en Caluco a fines del siglo XVI (Verhagen 1997: Fig. 7.17). Dos ejemplos de lo que pueden ser cuencos similares, ambos con engobe rojo, se encontraron en Ciudad Vieja. Verhagen también señala un cuenco profundo y con borde (Fig. 7.19), pero los platos híbridos con borde no están presentes posteriormente en Caluco.

La diferencia en Ciudad Vieja es la presencia de grandes cantidades de gente indígena desplazada que vivían en una localidad que no había estado habitada anteriormente. A diferencia de la Ciudad de México, de Santiago de los Caballeros y de otras capitales españolas tempranas, incluyendo a la primera San Salvador de 1525 (Lardé y Larín 2000: 85), Ciudad Vieja no fue fundada dentro de los confines de un asentamiento ya existente (Barón Castro 1996: 43). Exceptuando los nuevos indios y mestizos nacidos en Ciudad Vieja, todos los habitantes se habrían cambiado a ese lugar de sus previas casas. Los españoles y otros conquistadores europeos estaban lejos de casa, pero también lo estaban las tropas de auxiliares mesoamericanos y naborías que acompañaron a los colonos españoles a Cuscatlán. El registro documental habla de aliados de los españoles, tropas de auxiliares nativos de México. Varios cientos o miles de tlaxcaltecas, cholultecas, tetzcocanos y otros "mexicanos" tomaron parte en la conquista de Guatemala, incluyendo también lo que hoy se conoce como El Salvador (Barón Castro 1996: 66; Escalante Arce 2001: 20-21; Lardé y Larín 2000: 53). Si bien todavía estaban dentro del área cultural mayor de Mesoamérica, los mexicanos y los mayas también estarían lejos de casa, eran extranjeros igualmente para los pipiles que para los españoles. Los extranjeros mesoamericanos residentes en San Salvador pudieron haberse dado cuenta de que en su situación culturalmente aislada, la adopción de elementos culturales españoles sería una garantía importante de continuar siendo reconocidos como indios amigos.

Incluso aquellos individuos que tenían sus orígenes cerca de San Salvador hubieran estado fuera de casa, ya que no había ningún asentamiento en Ciudad Vieja inmediatamente antes de la llegada de los españoles. Es probable que algunos de los miles de indios que eran tenidos como sujetos de encomienda por los vecinos de San Salvador hayan vivido y trabajado, al menos parte del tiempo, en ese lugar. Las leyes españolas fueron diseñadas para limitar esas ausencias a lapsos de tiempo "razonables," por ejemplo cuatro meses (Sherman 1979: 314). Otros papeles para la gente indígena en San Salvador pudieron haber incluido el de esposas (por ejemplo, el vecino de San Salvador Francisco Castellón se casó con la mestiza mixteca Catalina Gutiérrez en 1539 o 1540 [Lardé y Larín 2000: 194-195, 260-261]), concubinas (Sherman 1979: 305-306), clientes, trabajadores itinerantes (se pagó a algunos trabajadores indios para que construyeran la nueva ciudad de San Salvador que reemplazó a Ciudad Vieja [Sherman 1979: 96]), aprendices, artesanos, enfermeras (Sherman 1979: 323), sirvientes o esclavos (Lardé y Larín 2000: 67; Sherman 1979: 91, 196). A lo largo del siglo XVI, los trabajadores asalariados estuvieron todavía más aislados de sus comunidades originales al participar en fraternidades religiosas inspiradas por los españoles (Rodríguez-Alegría 2002: 125-126). Incluso cuando el viaje a los pueblos pipiles cercanos era algo frecuente, los pipiles habrían sido hasta cierto punto extraños en una colonia dominada por extranjeros, al igual que cada vez más en sus propias comunidades.

Finalmente, San Salvador también fue una colonia esclavista (Sherman 1979: 27). Los vecinos de San Salvador, al sentir que los indios de sus encomiendas no eran suficientes, hicieron campañas hacia el oriente del Lempa con sus auxiliares indígenas para adquirir más esclavos, específicamente lencas. Estas tierras y sus habitantes prontamente se redistribuyeron tras la fundación de San Miguel en 1530, llevando a los habitantes de San Salvador a conquistar hacia las montañas del norte, en dirección de Honduras-Higueras (Barón Castro 1996: 135-136, 150, 165-166, 187). Esta situación no fue inusual en las colonias españolas. En Panamá, por ejemplo, solamente el 27% de los indios contados en un censo de 1550 eran de origen local (Cooke et al. 2003: 22-23). Por otra parte, 400 esclavos fueron liberados de San Salvador en 1548, sólo tres años después de la documentada transferencia fuera de Ciudad Vieja (Sherman 1979: 73).

El aislamiento de las existentes redes culturales y sociales pudo haber aumentado las presiones para el cambio cultural y el sincretismo sobre los habitantes no españoles de Ciudad Vieja, particularmente los que no eran pipiles. Los refuerzos culturales construidos en las instituciones sociales que pudieron actuar para hacer más lento el proceso de aculturación (Rogers 1993) estuvieron en gran medida ausentes dentro de la colonia española de San Salvador. Las vasijas híbridas perecen estar ligadas no tanto a la adopción de una cultura material europea, ni a la interacción diaria con los europeos, sino a la disolución de la sociedad indígena tradicional a través de la separación física de la gente de los asentamientos prehispánicos existentes, y su reubicación en los nuevos pueblos y ciudades.

Solamente en otros dos casos las vasijas híbridas para servir, producidas por los artesanos indígenas, dominan a los recipientes para servir en el conjunto cerámico de un sitio, constituyendo cerca del 20% del total del conjunto cerámico. Un caso es la isla de Amelia, en Florida, donde los indios guale de las misiones cambiaron de lugar sus asentamientos a causa de conflictos entre los franceses y los españoles (Saunders 2000: 136-142). El otro ejemplo es Old Mobile, Alabama, donde – nuevamente a causa de conflictos entre los franceses y los españoles – los indios apalachee de las misiones en la Florida española cambiaron su residencia a un pueblo francés (Cordell 2002; Silvia 2000). En ambos casos, los alfareros indígenas habían empezado a elaborar lozas de estilo colono, aunque en pequeñas cantidades, antes de su reubicación. A causa de su descubrimiento principalmente en contextos de arquitectura española, estos casos se han citado como evidencia de que las vasijas de servir de loza colono fueron producidas por alfareros indígenas para los españoles que no podían obtener cantidades suficientes de mayólica.

Pero en ambos casos, después de migrar como refugiados y de reubicarse, la producción de vasijas para servir de loza colono se incrementa dramáticamente hasta llegar al 18-20% del conjunto cerámico. Además, estas vasijas aparecen en grandes cantidades en contextos donde la evidencia arquitectónica y de otro tipo sugiere que los ocupantes fueron indígenas, no europeos. Como se muestra arriba, lo mismo es cierto para Ciudad Vieja, donde el 17% del conjunto cerámico es de platos de loza colono. En todos estos casos, los hogares indígenas son entusiastas consumidores de lozas colono, y en todos los tres casos los habitantes "indígenas" de estas comunidades han sido desplazados como refugiados, soldados, sirvientes o esclavos. En contraste, en los sitios coloniales que anteceden al contacto y conquista europeos como comunidades que existieron previamente, la producción de loza colono es relativamente baja, y el consumo en muchos casos se encuentra principalmente e contextos que se piensa fueron creados por colonos españoles.

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