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Canciones Nicachi: Textos Rituales Zapoteca y Conocimientos Rituales Clásicos Posteriores en Oaxaca Colonial
El contexto etno-histórico de las canciones rituales Zapoteca de Villa Alta
En una noche callada en el año de 1703, la población adulta de la comunidad Zapoteca de San Melchor Betaza, un pueblo localizado al noreste de la Ciudad de Oaxaca en la provincia de Villa Alta, se paró congregada en la puerta de la entrada del edificio usada para rituales de observación que era llamada "Casa del Gran Árbol/Principio," o Yoo Yag Tao, 1 esperando una respuesta la que cambiaría el estilo de sus vidas para siempre. Aproximadamente tres años antes, un alboroto en la villa vecina de San Francisco Cajonos había resultado en el linchamiento de dos informantes nativos quienes se atrevieron a revelar una ceremonia ritual no ortodoxa que se sostuvo en la casa de la cabeza de una confraternidad local. Después de este linchamiento, un sendero prolongado para la insubordinación y asesinato resultó en la ejecución de quince rebeldes Cajonos, y el Fraile Ángel Maldonado, un obispo que había llegado recientemente, realizó una larga inspección dentro de la provincia de Villa Alta, y exigió que los habitantes de la región entregaran sus especialistas de rituales (Gillow 1978). Como respuesta a estas intentos de extirpación lo que fue la última súplica en una larga serie de confrontaciones tempestuosas entre los especialistas de rituales y Dominicanos y sus aliados civiles (Tavárez 2002a) los oficiales del pueblo de Betaza preguntaron a dos hombres quienes se especializaban en interpretar las visiones activadas por la planta cuana betao (probablemente la vaina Rivea corymbosa, llamada ololiuhqui en Náhuatl) para beber esta bebida alucinógena para consultar a sus deidades. Horas más tarde, cuando estos especialistas emergieron de la casa comunal, hicieron una revelación ominosa:
[ellos dicen] que ellos han caído dentro de las manos del Dios el Padre, que la doctrina Cristiana vendrá al pueblo, y que los Españoles vendrían y se llevarían a sus padres y abuelos que significaban sus ídolos. El primero será Goque Yagchila, y de hecho, él fue llevado y quemado en la plaza del pueblo de [Villa Alta] más tarde (AVA Criminal 117, 39v-40r).
Al final, la supuesta premonición de las deidades locales pareció presciente, ya que la campaña de Maldonado de extirpación de la idolatría resultó ser el más exitoso ataque contra las prácticas rituales nativas en Nueva España. Maldonado seleccionó uno de los demandados a juicio de Cajonos, colocó su pectoral alrededor de su cuello, y le ordenó viajar a través de la región de Villa Alta anunciando su oferta de absolución: a cambio de denunciar a sus especialistas en rituales y hacer una confesión completa acerca de las prácticas rituales, todas las comunidades nativas se beneficiarían de una absolución general sin tener que ir a juicio (AGI 882). Entre Noviembre de 1704 y Febrero de 1705, las autoridades seleccionaron 15 Zapoteco Bijanos, 27 Zapoteco Cajonos, 26 Zapoteco Nexitzo, 29 Mixe y 7 pueblos Chinantec representando una población total de aproximadamente 60,000 viajando hacia la capital provincial para presentar y firmar una confesión comunal, una para cada pueblo. Junto con estas confesiones, los funcionarios zapotecos pero no los mixes o los chinantecos entregaron 99 cuadernos que contienen listas completas o parciales de nombres de días en piyè (también conocido como biyè en Villa Alta), el calendario ritual zapoteco de 260 días (Alcina Franch 1993), junto con otras notaciones del calendario (vea la Figura 2, abajo). Además, cuatro folletos que contenían transcripciones alfabéticas de canciones rituales Zapotecas (folletos 100103) también se presentaron a autoridades episcopales. Estas canciones son de gran importancia para el estudio de prácticas rituales Mesoamericanas, ya que son el único cuerpo existente de canciones rituales comunales en el lenguaje Mesoamericano realizado clandestinamente en tiempos coloniales.

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Algún tiempo después del 1704, el Obispo Maldonado presentó las confesiones de Villa Alta al Consejo de Indios en España que tenían información acerca de más de 300 practicantes de rituales Zapotecas identificables individualmente junto con 103 folletos tamaño octavo hechos de piezas de papel Europeo cosidos juntos. Maldonado estaba buscando transferir control de diez parroquias en Villa Alta de los Dominicanos a sus manos, y la masa absoluta de evidencias acerca de prácticas rituales "idolatría", le concedieron un argumento poderoso que facilitó la decisión de la corona de España para secularizar estas parroquias. Cuando estos registros se colocaron en legajo México 882 en el Archivo de los Indios en Sevilla, las canciones rituales se separaron de los testimonios firmados por las autoridades de sus pueblos de origen, así ensombreciendo la evidencia que nos pudo haber permitido enlazar los folletos a confesiones específicas para la colocación solamente. Estos textos permanecieron en España desde el comienzo del siglo 18 en adelante, y así fue que se guardó el destino canónico de textos rituales de nativos destrucción por fuego y la proporción de supervivencia casual de documentos eclesiásticos en el siglo 19º de México.
Notes
- Yaga es la palabra Cajonos colonial para "árbol, madera." Córdova (1578: 328r) incluye la siguiente entrada: "Principio este assi no le ay en Dios q[ue] es el principio de todo. Dios yàca lóo, yàca ni-xèe ni cílla."
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